Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

Alberto van Klaveren I LA CRISIS DE LA HEGEMmÚA NORTEAMERICASA económica y políticamente a algún régimen en particular con el fin de contribuir a crear las condiciones que conduzcan a su reemplazo o modi– ficación radical. Según las investigaciones llevadas a cabo por ambas ramas del poder legislativo norteamericano y las declaraciones de diversos actores de la época, ,esta forma de intervención fue aplicada a Chile durante un perío– do relativamente larg0 24 , sin que ello signifique -a nuestro juicio- que el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular en aquel país sea el resultado exclusivo de estas acciones. Las realidades específicas de Chile, la evolución de su sistema político e institucional y la misma gestión del gobierno derrocado son elementos igualmente importantes para explicar el desenlace del experimento socialista chileno. En todo caso, lo que interesa destacar es que en un año tan reciente como 1973, el gobierno de los Estados Unidos y, en forma paralela, algunas corporaciones transnacionales del mismo país, utilizaron una amplia gama de instrumentos para intervenir en el sistema político y económico de un país latinoamericano. Para diversos autores, se trataría de un último episodio en una larga serie de intervenciones en la región 25 , pero no debemos olvidar que a fines de la década del 30, cuando se liquidaron los últimos vestigios del sistema de protectorados que los Estados Unidos habían impuesto en la región, una conclusión similar hubiera parecido igualmente pertinente. La actitud norteamericana frente a la insurrección popular que se desa– rrolló en Nicaragua entre los años 1978 y 1979 nos proporciona un segun– do caso digno de mención en el contexto de las relaciones políticas entre Estados Unidos y América Latina, aun cuando se trate de un caso bastante diferente al anterior. Durante gran parte del conflicto, la aparente ambigüedad de la política de Washington hacia Nicaragua dio pie a una línea de interpretación que ponía el acento en la falta de voluntad política del gobierno de la gran po– tencia para intervenir activamente en la guerra civil. A pesar de la existen– cia de algunos hechos aislados que parecen apoyar esta hipótesis, creemos que un análisis global de la política de Washington hacia la crisis, en especial durante los períodos más próximos a su desenlace, no permite hablar de falta de voluntad política o de inacción por parte del gobierno norteamericano. A grandes rasgos, la política estadounidense frente al conflicto estuvo orientada hacia el logro de un objetivo principal: impedir o disminuir la participación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 24 Véase, u.s. Senate, Covert Actior¡ in Chile, 1963-1973, StafT, R.epon of the Select Comrnitee to Study Govemrnental Operation with R.espeet to Intelligcnee Activities, u.s. Senate, 94th Congress, IsI. Session, December 18, 1975; y, u.s. House of R.epresentatives, The United States . ar¡d Chile during the Allende Years, 197()'1973, Hearings bcfore Ihe Suboommittee of Inler-American Affais of Ihe Cornrniuee of Foreign Affairs, House of Representatives (Washington, D.C.: U.S. Govemment Pinting Office, 1975). 26 Véase en este sentido, Abraham F. Lowenlhal, "Tlle United Stales and Latín Ame- rica...", op. cit., pp. 199-200. .

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