Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
Alberto van Klaveren I LA CRISIS DE LA HEGEMONÍA NORTEAMERICA:-;A incipientes de tipo sectorial que a la larga pueden conducir a una impor– tante revalorización de los vínculos económicos entre Estados Unidos y América Latina. Ya en 1973, el economista Aníbal Pinto señalaba que el mercado norteamericano estaban desempeñando un papel creciente en la absorción de las exportaciones manufactureras de la región, las que a su vez constituyen el elemento más dinámico de las economías de la región 17 • Los desarrollos posteriores confirman esta tesis y, en consecuencia, no es posible hablar de la declinación norteamericana en este sector. Por otra parte, la importancia que las materias primas estratégicas y no estratégicas de América Latina tienen para la economía norteamer,icana ha sido suficientemente destacada, no sólo por un elevado número de expertos de ambos extremos del continente, sino que también por diversos dirigentes politicos e incluso militares de los Estados Unidos. Basta recordar tan sólo que América Latina es un importante proveedor de ma– terias' primas estratégicas en que Estados Unidos es fuertemente depen– diente del extranjero (aluminio, columbio, fluorita y tungsteno); que la región también cumple un papel de importancia en el abastecimiento de' materias primas estratégicas en que la dependencia de los Estados Unidos está aumentando o puede hacerlo en el futuro (cobre, hierro, plomo); y que hay un considerable grupo de materias primas estratégicas en que es altamente probable que el aporte latinoamericano al mercado estadouni– dense aumente significativamente (petróleo, manganeso, mercurio, estaño, zinc, etc.). Por último, la región tiene un papel nada despreciable en el abastecimiento de algunos productos básicos agrícolas como suce– de en los mercados norteamericanos del café, azúcar, y, algunas frutas y legumbres. Veamos ahora, muy brevemente, lo que sucede en el campo de las inver– siones directas. Desde la perspectiva del mantenimiento o declinación de la hegemonía norteamericana, hay una tendencia que se destaca de inme– diato: ~stados Unidos envía una parte cada vez menor de sus inversiones. directas en el extranjero a América Latina 18 . En general, esta tendencia es atribuida a dos factores: el desplazamiento de las inversiones nortea– mericanas 'hacia otros países industrializados, y, las políticas de nado'– nalizadón de recursos básicos seguidas en la región en las últim¡¡s déca– das. Sin perjuicio de lo anterior, debe destacarse igualmente el hecho que América Latina sigue siendo el principal destinatario de la inversión directa norteamericaria en los países periféricos, hasta el punto que la región recibe más inversiones de esa procedencia que todo el resto de las "áreas en desarrollo" tomadas en su conjunto 19 • 17 Aníbal Pinto, "Relaciones económicas entre América Latina y Estados Unidos: im– plicaciones y pet'Spectivas políticas", Estudias Internacionales 6, N" 22, abril-junio 1973, p. 13 Ysiguientes. 18 En 1950 la proporción representada por América Latina era de un 38 'r., en 1960 el porcentaje había bajado a 23, y en 1975 la región sólo absorbía el 18% de las inversiones extranjeras de los Éstados Unidos. Fuente: Albert Fishlow, op, cit., ¡, p. 39, 19 En 1975, América Latina recibía el 66% de toda la inversión directa norteameri. 27
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