Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

Gustavo Lagos I CONCLUSIONES políticas intra y extralatinoamericanas, dando paso a un sistema de múltiples, flexibles y cambiantes alianzas politicas y militares, que han modificado los históricos conflictos intrarregionales como la competen– cia hegemónica entre Argentina y Brasil y la posición de aliados natu– rales implícitos de países como Chile y Brasil y Chile y Ecuador; c) hacía el futuro las relaciones militares latinoamericanas se proyectan para la década del 80 en un panorama de extremada fluidez en el cual las relacio– nes de los gobiernos latinoamericanos con el resto del mundo estarán dictadas por la cambiante naturaleza de los gobiernos existentes en la región, alterando así el patrón tradicional en el cual cualquiera que fuera la orientación de la política exterior de los gobiernos latinoamericanos, sus relaciones militares se encontraban claramente enmarcadas dentro de ciertos límites. Desde este punto de vista la mayor o menor coincidencia entre las polí– ticas exteriores de los países latinoamericanos y otros países extracon– tinentales tenderá a expresarse en acuerdos militares que pueden invo– lucrar a países extracontinentales en conflictos regionales y/o a envolver a países latinoamericanos en conflictos extrarregionales. Estos proba– bles escenarios que no son ajenos a la historia militar latinoamericana pueden constituir un elemento que active e incluso desencadene nuevos conflictos a nivel continental. En el caso de que en el futuro prevalezcan gobiernos militares, puede preverse una tendencia a incrementar el poder bélico para prepararse o para decidir viejos y/o nuevos conflictos de intereses a nivel local que tenderán naturalmente a ser decididos por la fuerza de las armas más que a través de la solución pacífica de las controversias; si ello fuera así, se agudizarán las tendencias al armamentismo y se postergará la satisfac– ción .de las ampliamente desatendidas necesidades básicas de la pobla– ción latinoamericana. En el caso de que prevalezcan gobiernos civiles democráticamente generados, las condiciones actuales de las relaciones militares latino– americanas pueden ver potenciados sus elementos positivos. En efecto, la diversificación de la influencia militar sobre América Latina puede actuar como un desactivador de las ideologizaciones castrenses al confrontarse los establecimientos militares de la región con una gran diversidad de institutos armados de diverso signo ideológico, nivel de preparación y soluciones dadas a los problemas de la defensa nacional; si ello fuera así, podría quizás preverse un proceso de tecnificación y profesionalización que llevaría a una despolitización de los institutos armados del continente, lo cual ayudaría a restablecer un sistema de relaciones cívico-militares que, recuperando la preeminencia de la dirección civil sobre lo castrense, integre a las Fuerzas Armadas al esfuer– zo colectivo de desarrollo nacional. Las relaciones militares latinoamericanas estarán determinadas por el contexto armamentista continental. Dadas las crecientes tenden– cias de los países del área en asignar mayores recursos para sus Fuerzas

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