Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

LAS RELACIONES ENTRE AMÉRICA LATINA, ESTADOS UNIDOS y EUROPA OCCIDENTAl. En el segundo caso, las condiciones actuales de las relaciones militares latinoamericanas pueden ver potenciados sus elementos positivos. En primer lugar, la diversificación de la influencia militar sobre América Latina puede actuar como un elemento desactivador de las ideologiza– ciones castrenses al confrontarse los establecimientos militares de la región con una gran diversidad de institutos armados de diverso signo ideológico, nivel de preparación y soluciones dadas a los problemas de la defensa nacional. Desde esta perspectiva los procesos de tecnificación, profesionalización y desideologización pueden reforzar las necesarias tendencias a una despolitización de las instituciones armadas del conti– nente. Evidentemente, una experiencia tan rica y amplia de contactos e intercambios puede producir cambios en los rígidos marcos ideológicos castrenses que en la mayoría de los países latinoamericanos aún viven en la época de la guerra fría. Si bien los gobiernos latinoamericanos, en su gran mayoría, han evolucionado de acuerdo a las nuevas tendencias de la política internacional, las fuerzas armadas de la región mantienen una ideología "bloquista", obsoleta frente a los nuevos desarrollos de la política internacional. En este sentido un amplio y diversificado inter– cambio con establecimientos militares que necesariamente han evolu– cionado en el terreno ideológico, puede fortalecer los elementos profesio– nales al interior de sus homónimos latinoamericanos. En' este mismo contexto, la diversificación de las relaciones e in– fluencias militares estaría ayudando a restablecer un sistema de rela– .ciones cívico-militares que, recuperando la preeminencia de la dirección civil sobre lo castrense, integre a las fuerzas armadas al esfuerzo colectivo de desarrollo nacional. En segundo lugar, las relaciones militares latinoamericanas estarán determinadas por el contexto armamentista continental. Dadas las cre– cientes tendencias de los países del área en asignar mayores recursos para sus institutos armados, es poco probable que individualmente algún país reduzca su gasto militar dado el peligro que esto significaría para su pro– pia defensa. Sin embargo, aquí se hace presente el problema del carácter de la defensa nacional en cada país y el tipo de relaciones militares que se deben y pueden establecer para asegurar las soberanías respectivas. El tipo de concepción que se tenga sobre la defensa nacional condicio– nará el tipo de vínculos militares que se establezcan, y esta concepción dependerá a su vez de las orientaciones políticas de los respectivos go– biernos. Una política .agresiva y expansionista en un contexto no demo– crático implicará necesariamente un mayor gasto en armas modernas y sistemas ofensivos. Por el contrario, una política de defensa en un contex– to democrático permitiría' incorporar armamento moderno defensivo Las consecuencias económicas y sociales de la carrera de armamentos y de los gastos milita– res. Informe del Secretario General. Nueva York, 1978; Ulrich Albrechl, "The cosl of armamentism", Joumal ofPeace Research, N° 3, 1973.

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