Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
LA CRISIS DE LA HEGEMONIA NORTEAMERICANA y SUS REPERCUSIONES EN AMERICA LATINA. ANTECEDENTES Y PROYECCIONES FUTURAS Alberto van Klaveren INTRODUCCIÓN En los años recientes se ha producido un cambio de gran trascendtncia en el estudio de las relaciones internacionales de América Latina. El antiguo énfasis en la dominación norteamericana en la región parece estar cediendo el paso a una nueva interpretación que pone el acento en la mayor autonomía de nuestros países en su vinculación con el sistema intemacional y en el debilitamiento de la influencia de los Estados Unidos en la región y, por extensión, en el resto del mundo. Esta nueva literatura, que desde la perspectiva latinoamericana puede ser calificada como "triunfalista", ya que destaca una tendencia que a la larga conduciría al logro de una de las más sentidas aspiraciones de los países al sur del Río Bravo, i.e. la eliminación de cualquier influencia extranjera desmedida en la región, conoce variadas versiones y matices. En sus expresiones más extremas y menos serias, ella postula el fin del "imperialismo yanqui" en diversos países latinoamericanos y el consiguiente cumplimiento de objetivos tales como la completa indepen– dencia nacional, el ejercicio pleno de la soberanía nacional o el logro de la seguridad nacional de los Estados de la región. Curiosamente, en algu– nos casos estas expresiones de júbilo por el fin de la hegemonía norteame– ricana en América Latina provienen de sectores que en el pasado no mostra– ron una notoria preocupación por esta hegemonía y que, por el contrario, siempre fueron sus más fieles aliados. En sus versiones más serias, se postu– la la tesis de que si bien los Estados Unidos siguen siendo la potencia extranjera más importante en América Latina, su influencia económica, política yrhilitar ha tendido a declinar en el último decenio a través de un proceso gradual que, en. términos generales, ha permitido a la región una mayor autonomía en sus interacciones con el sistema internacional, cir– cunstancia que favorece especialmente a los países de mayor status rela– tivo, tales como Brasil, México, Argentina, Venezuela y algunos países del área andina. En la opinión de diversos autores, es claro que la actual coyuntura económica y política internacional ofrece mútiples argumentos en favor de esta tesis. Para citar sólo algunos, bastaría recordar los cambios que la crisis de la energía introdujo en la correlación de fuerzas entre los países desarrollados y los subdesarrollados, proceso que indudablemente tam– bién repercutió en la situación internacional de América Latina; los serios problemas de índole económica que aquejan a los países centrales del sistema internacional; la intensificación de la lucha reivindicatoria de
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