Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

Augusto Varas / LAS RELACIONES MILITARES INTERNACIONALES DE AMÉRICA LATINA una utopía no-racional para nuestra época, el redimensionamiento de la importancia de cada estado en una estrategia política y militar conjunta también es una consecuencia necesaria. Es importante destacar que este proceso de fragmentación de la in– fluencia política a nivel mundial constituye una tendencia objetiva y general y nada dice en relación con el conjunto de problemas y contradic– ciones específicas que este mismo proceso necesariamente desencadena. En este sentido, una consecuencia del redimensionamiento, por ejemplo, de la importancia política de Alemania y su participación en la imple– mentación de la capacidad nuclear de algunos países latinoamericanos como Brasil, contradice flagrantemente la política estadounidense al respecto. Estas contradicciones son consecuencias del proceso de rrag– mentación de la influencia política a nivel internacional que aún no se estabiliza y lima sus más agudas aristas. IV. N UEVAS TENDENCIAS EN LAS RELACIONES MILITARES LATINOAMERICANAS La . pérdida relativa de la hegemonía económica estadounidense y la consiguiente fragmentación de la influencia política a nivel internacio– nal, ha tenido. como consecuencia el término del monopolio de la influen– cia militar de los Estados Unidos en América Latina. De está manera se han redefinido, en la práctica, las relaciones militares entre los países latino– americanos y el resto del mundo. Tal situación comenzaba a perfilarse a fines de los sesenta cuando se reflexionaba acerca del estado en que l~ ayuda militar norteamericana había dc;jado a los institutos armados latinoamericanos. "En resumen, entonces, ¿qué ha traido la década de 1960 a las fuerzas militares latinoamericanas? Ella ha traido un nuevo concepto militar de la misión principal, aque– lla de la seguridad interna más bien que la defensa contra ataques externos. La década ha visto a las fuerzas armadas modernizadas moderadamente en equipo y mejoradas en adiestramiento y en la aptitud para planear y ejecutar operacwnes conjuntas y combi– nadas. Ha visto la airosa defensa de gobiernos constitucionales contra las insurgencias apoyadas desde el exterior en nueve paises, y, en la misma década, las fuerzas armadas asumieron el poder en ocho paises. Por último, según la década tocaba a su fin, Latino– américa observó a su benefactor tradicional, Estados Unidos, comenzar a agotarse como una fuente de ayuda mílitar en armamentos en los precisos momentos en que aumentaba la demanda por el reemplazo de artlculos deteriorados y una modernización modesta'>6I. Este diagnóstico destacaba un elemento de gran importancia, este era la presión, ejercida por las Fuerzas Armadas latinoamericanas y generada por la modernización y profesionalización castrense inducida por los 61 enl. Thomas W. Flatley (u.s. Army), "Fuerzas Armadas Latinoamericanas en los años sesenta: Un examen", Military Reuiew. abril. 1970. 139

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