Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
LAS RELACION ES ENTRE AMÉRICA LATINA, EsTADOS UNIDOS y EURO PA OcCIDI!.NTAL C. Competencia Ideológica No existe una competencia ideológica significativa entre los estados occidentales en sus relaciones con América Latina. Las diferencias que suelen surgir entre los gobiernos respectivos derivan de la diversa com– p>sición partidista de los mismos, pero no alcanzan p>r lo general a ser suficientemente profundas para dividir efectivamente las p>líticas de los mismos y producir una verdadera competencia. Es fácil comprender, p>r ejemplo, que pueden producirse mayores diferencias entre un go– bierno republicano en Estados Unidos y uno laborista en el Reino Unido que entre una administración republicana y un gobierno conservador, tratándose de cuestiones relativas a las relaciones con determinados gobiernos latinoamericanos. En tales circunstancias, que p>r lo demás no son permanentes, cada gobierno conserva por lo general la autonomía suficiente para la conducción de su p>lítica exterior según sus propias condiciones internas, sin que p>r ello se genere un "cisma" y un enfren– tamiento ideológico-político. Como consecuencia de esto, son escasas las op>rtunidades con que pueden contar los gobiernos latinoamerica– nos para desarrollar políticas exteriores basadas en la explotación de hipotéticas diferencias entre los estados occidentales y, en todo caso, los beneficios que cabe esperar en tal ocasión son bastante incierto¿;1 . LA COMPE'n:NCIA AL INTERIOR DE LOS BLOQUES: Los PAISES SOCIALISTAS A. Competencia Estratégica En la década de 1950 existió un bloque socialista dirigido p>r la Unión Soviética, cuyo comportamiento internacional era condicionado con un alto grado de eficacia p>r la p>tencia dominante. La sola defección de Yugoslavia no alcanzó a afectar decisivamente la primacía soviética. Pero en la década siguiente ésta entró en crisis, al desarrollarse con fuerza el conflicto chino-soviético que se había iniciado poco antes. En 1979 ya no cabe propiamente hablar de un bloque socialista. La Unión Soviética sigue controlando la mayoría de los Estados socialistas de Europa, pero ya no ejerce un control efectivo sobre las cada vez más independientes p>líticas exteriores de Yugoslavia y Rumania. En Asia, la hostilidad chino-soviética ha llegado al punto que las dos grandes p>– tencias comunistas libran desde febrero de 1979 una guera indirecta, al producirse la represalia armada de China contra la intervención vietna– mita que derribó al régimen prochino de Kampuchea. 57 Algunos intentos latinoamericanos de buscar apoyo para sus críticas a la interven– ción del gobierno de Johnson en la República Dominicana en t 965 fracasaron cuando se comprobó que alemanes e ingleses no querian o no podían contradecir las políticas de Wash– ington. Francia en dicha época naturalnímte segoía un camino político distinto. ( 12
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=