Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
LAS RELACIONES ENTRE AMÉRICA LATI!'>A, ESTADOS UNIDOS y EUROPA OCCIDENTAL de lograr objetivos económicos o políticos sustrayéndose a la influencia de Estados Unidos 34 , no son un sustituto de la ayuda oficial para el desarrollo proveniente de fuentes bilaterales occidentales o de organis– mos multilaterales. Ello se debe tanto a la capacidad financiera relativa– mente más limitada de la URSS, como a las condiciones políticas reales o potenciales con que se vinculan los préstamos, y a la preferencia expresada por numerosos gobiernos por la ayuda de tipo multilateral. El desarrollo de las relaciones económicas entre América Latina y la URSS no debe entenderse, por lo tanto, como un elemento central de la competencia con Estados Unidos, cuya posición político-económica en la región no debería verse decisivamente afectada a mediano plazo en el evento de un crecimiento sustancial de dichas relaciones, por cuanto no es fácil que éstas por su naturaleza y monto lleguen a equipararse con las que se mantienen con los principales países industriales 35 . C. Competencia Ideológica tanto en el contexto de la guerra fría como en la fase de distensión, la competencia ideológica entre las superpotencias ha sido sostenida. Estados Unidos y la URSS se han trabado en esta contienda con armas muy dispares. Mientras de parte de la URSS se ofrece un sistema comprensivo de interpretación de la realidad latinoamericana y mundial a la luz de los principios del marxismo-leninismo según la visión oficial del Partido Comunista soviético, el "arsenal ideológico" norteamericano aparece más bien difuso y cambiante. Mientras la ideología propugnada por la ÚRSS provoca fuertes sentimientos de identificación en determinados segmentos de los trabajadores, los intelectuales y la clase media, el impac– to de las corrientes ideológicas provenientes de Estados Unidos se hace presente en sectores mucho más amplios y más difíciles de delimitar, sin provocar por lo general sentimientos de identificación tan intensos como los del marxismo-leninismo. El efecto disolvente de esta ideología respectó a las normas tradicionales no puede, sin embargo, subestimar- 34 La oferta soviética de conceder "créditos ilimitados" al nuevo gobierno boliviano del General Padilla, hecha a fines de 1978, constituye una clara ilustración de este punto. 35 Algunas cifras sobre el comercio exterior de la URSS pueden servir de apoyo a esta aseveración. En 1976, la URSS exportó productos a Brasil por USS 101 millones e importó pro– ductos brasileños por USS 490 millones. Brasil es, dentro de América Latina, el principal polo de intercambio con la URSS. En el caso de Argentina, el comercio es más reducido: en 1976, la l"RSS exportó a ese país productos por valor de USS 12 millones y realizó importaciones por USS 295 millones. En cuanto a México, las exportaciones soviéticas alcanzaron el mismo año a USS 7,7 millones y las impOrtaciones a USS 11,8 millones. Como podrá advertirse, en los tres casos el saldo comercial es desfavorable por amplios márgenes a la URSS, lo que reneja la escasa capacidad soviética de penetrar los principales mercados latinoamericanos. Véa– se Banco Nacional de Comercio Exterior S.S. (México) "Intercambio Comercial México– l"RSS" Comercio Exterior, agosto 1978, Cuadros 3 y 4. Las cifras citadas en el Cuadro 4. rela– tivas a México, son de fuente gubernamental mexicana. 1°4
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