Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

Manfred Wilhelmy I COMPETENCI.-\ I~TER~ACIO~AL DE LAS GRANDES POTE~CIAS población de Estados Unidos sin detección por el sistema de alarma anti– cipada, el cual había sido diseñado para la eventualidad de un ataque desde el noroeste y no el sureste, de donde provenía esta inesperada ame– naza. De hecho, los cohetes estuvieron por dar a la URSS la capacidad de asestar un golpe que Estados Uni«;los no estaba en condiciones de respon– der, con lo que la simetría de la disuasión nuclear, esencial para mantener el frágil equilibrio del terror, casi llegó a romperse l7 . Sobre la base de este golpe estratégico, la URSS podría haber dictado las condiciones de un arreglo de los principales problemas políticos que preocupaban al mundo, exigiendo, por ejemplo, la firma de un tratado de paz con Alemania favorable a sus intereses, la desnuclearización del continente europeo y del Pacífico, etc. 18 . El desenlace de la crisis, sin embargo, no correspondió a los designios de sus instigadores, gracias a la combinación de firmeza en el objetivo y prudencia en los medios de parte del pequeño grupo de dirigentes norte– americanos que manejó el conflicto con la URSS. En efecto, el Presidente Kennedy y sus colaboradores insistieron durante todo el transcurso de los eventos en su demanda de retiro del armamento soviético, pero al mismo tiempo en sus deliberaciones internas rechazaron el camino extre– mo de un bombardeo aéreo de los emplazamientos de cohetes eli– giendo en cambio el bloqueo naval y la amenaza de un desembarco para obtener el retiro de las armas. La rapidez y determinación demostradas por la Casa Blanca aparentemente cerraron a la parte soviética la alterna– tiva de abrir un nuevo foco de tensión, por ejemplo en Berlín, para con– trarrestar las presiones)9 . Las consecuencias de esta crisis -tras el retiro de los cohetes y el levan– tamiento del bloqueo- fueron extraordinariamente importantes para el desarrollo posterior de la competencia estratégica. Si bien no terminó con la guerra fría, ésta entró en una fase en que se evitaron nuevos enfren– tamientos agudos y se buscó canalizar la competencia estratégica dentro de ciertos moldes mínimos de seguridad mutua. Se fortaleció, en primer lugar, la noción de disuasión sobre la base de la imposibilidad de cada parte de asestar un "primer golpe" que no pudiera ser respondido por la parte agredida, causando un daño inacep– table al agresor. Cada parte debía tener, bajo cualquier circunstancia, la posibilidad de dar un "segundo golpe" retributivo, para lo cual era esencial la conservación de una parte sustancial de su capacidad ofen– siva en el evento de un ataque nuclear. Al dejar de manifiesto las peligrosas consecuencias de la violación de esta base de la disuasión, la crisis tuvo un efecto estabilizador en las relaciones estratégicas entre las superpoten– cias. 17 Véase Graham Allison, Essence of Decísion - Explaining the Cuban Missile CrúlS. Boston, Utde, Brown and Co., 1971, p. 54. \& Ulam, op. cit., p. lJI. 19 UJam, Op. cit.. pp.ll4. 97

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