La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS ninguna parte. Los británicos fueron arrojados de Boston; los ameri– canos fueron derrotados en Canadá al igual que los británicos en el sur. El mayor de los logros fue la formación del Ejército Ameri– cano. Imperfecto como era, este Ejército formó una barrera que im– pediría a los británicos dominar a las Colonias durante el año si– guiente. Así fue la primera parte de la guerra de la Independencia, y al igual que la guerra de la Independencia de Chile, ésta se ganó gracias a un alto sentido del patriotismo, de la libertad y del sentido americano y, a pesar de las grandes limitaciones en la parte material. Teniente Coronel Rafael Carda: La Declaración de Independencia del 4 de .Julio de 1776 sirvió para darle nuevo ánimo a los esfuerzos de los colonos. Con esta Declaración dejaron de luchar por algunos derechos y ahora luchaban para esta– blecer una nueva nación. No había ninguna duda de que esta lucha sería larga y aguda. Los trece nuevos Estados tenían una población de dos y medio millones de habitantes, solamente una tercera parte de la de Ingla– terra. Sin embargo esta población era lo suficiente para dar un poten– cial mayor al de Inglaterra dadas las circunstancias con que se enfren– taban los ingleses. Hay que considerar que aunque las colonias se declaraban independientes, había muchos realistas que permanecían leales a la Corona. Afortunadamente, éstos estaban dispersos y no eran capílr.es de concentrar sus esfuerzos en pro de ella. El mayor problema que se le presentaba a los nuevos Estados era que la econo– mía no eUt capaz de apoyar una fuerza militar tal como la que fuera necesaria para poder ganar la guerra. Otro problema era que faltaba personal para poder formar el ejército sin perjudicar tales actividades como la agricultura. Sin duda alguna, el nuevo país iba a necesitar ayuda externa. Hasta este punto el Gobierno estaba mal organizado y no existía la capacidad de organizar y mantener la maquinaria militar. El Gobierno Central no tenía el poder para organizar e] esfuerzo de la guerra sino que tenía que fiarse en los distintos Estados para que aportaran sus recursos de acuerdo con sus capacidades_ En la mayoría de los casos, no cumplieron con estos deberes; era dificil convencer a] ciudadano a que abandonara sus hogares y seres queri-

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