La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Juan l'Iárquez, el al I LAS CAMPAÑAS MILITARES DE LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA tades dentro del Imperio; después del 4 de Julio de 1776, pelearon por su independencia política. Los británicos tenían dos planes maestros para ganar la guerra. Durante 1776-1777, la estrategia era aislar y someter a Nueva Ingla– terra y luego conquistar paulatinamente las Colonias del Centro y Sur. De acuerdo con la Estrategia del Sur en 1778-1781, el Sur sería conquistado, sometido al mandato real y empleado como una base para comenzar el avance hacia el Norte. Ninguno de estos planes resultó. La distancia entre Londres y América de 4.800 kilómetros, las grandes extensiones de terreno en América, la división de Coman– do entre las fuerzas británicas en Canadá y las Trece Colonias, las fricciones existentes entre aquellos responsables de crear y ejecutar una estrategia, el hecho de que Inglaterra estaba peleando al mismo tiempo en otras 3 guerras en contra de Francia, España y Holanda, fueron factores que combinados convirtieron esta gran estrategia en una serie de operaciones mal coordinadas y muchas veces confusas. Con esto concluyen los eventos que precedieron y llevaron a la guerra. Ahora hablaremos sobre la parte preliminar de la guerra. A fines de 1774 y comienzo de 1775, los diferentes Gobiernos Colo– niales comenzaron a prepararse para una resistencia militar. Esto con– sistió en tomar control de la Milicia del Estado y convertirla en una fuerza de combate efectiva. Los sucesos de Massachusetts fueron de gran significado. El Congreso Provincial pidió la renuncia a aquellos Oficiales de la Milicia que eran simpatizantes realistas y reorganiza– ron la Milicia bajo el mando de los patriotas. Se ordenó que cada pue– blo reclutara un tercio de sus hombres para organizarlos militarmen– te y prepararlos para actuar en forma inmediata. Los dos tercios res– tantes fueron organizados en compañías de reserva. El Congreso Provincial y las organizaciones locales comenzaron a acumular muni– ciones y otros pertrechos militares. El depósito central para estos pertrechos estaba ubícado en Concord. El General británico Gage tuvo conocimiento en Boston de estos preparativos y en la noche del 18 de Abril de 1775 envió una fuerza de 700 soldados para capturar y destruir los depósitos militares de Concord. A pesar del esfuerzo de los británicos para preservar el secreto de esta acción, los preparativos llamaron la atención de los patriotas de Boston, los que enviaron a dos mensajeros, Paul Revere y William Dawes. Estos cabalgaron adelantándose algunas horas a los británicos, y lograron dar la alarma. Cuando los británicos lle– garon a Lexington en la madrugada del 19 de Abril, fueron confron- 89

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