La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS calmente durante la guerra. El número máximo fue de aproximada. mente 100.000 hombres, pero generalmente eran mucho menos, y éstos incluían a las Milicias de los Estados y el Ejército Continental. En Agosto de 1776, el General Washington contaba con 20.000 hom– bres bajo su mando, los que durante el invierno de 1776-1777 dismi· nuyeron a· más o nienos 4.000 en Valley Forge. Después que los franceses entraron a la guerra, a fines de 1777, el General Washington tuvo una fuerza adicional de 7.500 soldados franceses. c) Las Fuerzas Armadas de los colonos estaban mal alimentadas, mal vestidas, mal pagadas, les faltaba medicinas y material de guerra y al comienzo tenían muy poco entrenamiento. La poca artillería que los colonos tenían inicialmente fue capturada por el enemigo. Muchos de los varios Estados aportaron poco o nada para apoyar la guerra y el sistema logístico se puede describir como un desastre. Aparte de! don de mando de unos pocos hombres, uno de los más notables el General\Vashington, había muy poco para mantener unido este andrajoso ejército. El hecho de que estos hombres estu– vieran peleando por sus hogares, sus familias y su libertad fue deci– sivo para mantenerlos juntos en un grupo de combate. También demostraron mucho interés en recibir todo el entrenamiento que fuera posible y se esmeraron para perfeccionarlas maniobras. Sola– mente como soldados expertos podrían sobrevivir a la guerra y esto ellos lo· sabían. Las fuerzas británicas antes de la batalla de Lexington consistían en 8.500 hombres y luego llegaron a América 33.500 refuerzos desde Inglaterra. Los británicos también emplearon 30.000 mercenarios alemanes. Estas fuerzas eran mucho más profesionales que las de los colonos. Estaban regidas por una disCiplina muy estricta y estaban entrenados para obedecer órdenes y pelear como una unidad. El Ejército Eritánico estaba muy bien abastecido, especialmente con piezas de artillería. Los objetivos de la guerra para Inglaterra y también para los colonos eran tanto políticos como militares. Los británicos no sólo debían destruir la resistencia militar sino que también debían res– tablecer el mandato real. A pesar de estar empleando la fuerza, el Gobierno Eritánico también trató de negociar una reconciliación en término cada vez más liberales. La actitud de conciliación política fue inefectiva e interfirió con el esfuerzo militar. Antes de 1776, los americanos estaban peleando para defender sus derechos y libero 88
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