La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Cristián Guerrero Yoacham / LAs CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA Y ... continentales. Se autorizó el ejercicio público de la religión católica apostólica, para congraciarse con las poblaciones franco-canadienses, pero la Iglesia quedaba sometida al Rey de Inglaterra, en vez del Pontífice Romano. La Ley de Quebec, por sus disposiciones, también debe considerar– se como una de las leyes intolerables, y quizás la más intolerable de todas, por lo que el Oeste representaba para las colonias. Por ello, las reacciones de los americanos fueron esta vez más ve– hementes. La prensa criticó duramente todas las imposiciones. La Asamblea de Virginia, ante una moción de Thomas ]efferson, decre– tó días de ayuno y abstinencia para pedir amparo a Dios por tanta atrocidad. Los Comités de Correspondencia agitaron la situación y en el Condado de Suffolk, Massachussetts, el 9 de Septiembre de 1774, se realizó un Town Meeting, expresión directa del parecer del pue– blo, en el cual se tomaron resoluciones verdaderamente revoluciona– rias que mucho gustaron a los "radicales". Mediante ellas se acordaba desobedecer las Leyes Intolerables, a las que se denunciaban como contrarias a los derechos naturales y constitucionales de los america– nos; se urgül a los habitantes de Massachusetts a colectar fondos pa– ra la mantención de un gobierno propio hasta que las Leyes Coerci– tivas no fueran desechadas; igualmente se aconsejaba a la gente coger las armas y formar milicias; finalmente se acordó renovar el boycott de las mercaderías británicas. Pero fue también en Massachusetts donde se originó la reacción que habría de traer las más importantes consecuencias, cual fue la convocatoria a una reunión intercontinental para fijar una politica y una acción común, a la manera del Congreso de la Ley del Timbre, frente a Inglaterra. Todas las colonias respondieron entusiasmadas y la reunión pasó a denominarse el Primer Congreso Continental, que inició sus deliberaciones en Philadelphia, el 7 de Septiembre de 1774. Es opinión unánime de los historiadores que el Congreso Conti. nental tuvo una posición moderada en un comienzo. Los delegados asistentes habían recibido sus instrucciones directamente de las Le– gislaturas Coloniales o de los Town Meetings, y mediante ellas se pretendía hacer una protesta fuerte contra los actos de Inglaterra, pero también dejaba la posibilidad de buscar una solución armónica y en lo posible una conciliación. En el seno del Congreso hubo debate' y en algunos momentos éste fue arduo. Los delegados empezaron a buscar la manera de ga- 75

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