La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS aumentaron ante la disposición, inserta en la ley, de que los ingresos que se obtuvieron podían ser utilizados en apoyar a los gobiernos .coloniales, amenazando con. arrebatar la facultad del control finan– ciero del gobierno local que estaba en manos de las Legislaturas Coloniales. Más aun, las temibles disposiciones de la nueva ley fueron agudizadas por otra aprobada en los mismos días; esta última ley suspendía a la legislatura de New York por el .hecho que ésta se . resistió a la aplicación de la Ley dél Acuartelamiento. También por entonces, con una serie de leyes, en virtud de las cuales se creaban los Tribunales del Vicealmirantazgo en América y un Consejo de Comisarios de Aduanas, se reforzó considerablemente el mecanismo para la imposición del sistema mercantilista· y se trató de frenar el contrabando que había sido el método empleado por los mercaderes norteamericanos a fin de traer a las colonias los artículos que estaban gravados con impuestos. Finalmente, el gobierno creó el Departamen– to de Estado para las Colonias, al parecer con la intención, un poco tardía, de dar a las colonias la verdadera importancia que en realidad presentaban. La creación de los Tribunales del 'Vicealmirantazgo impactó fuerte– mente en la opinión pública americana. Tradición era en Inglaterra y en las colonias los juicios por jurado,. "Citadel of English Liber– ty", "Ciudadela de la Libertad Británica", como fueron denominados, y ahora, una Ley que los colonos no habían pedido ni habían consen– tido, porque no tenían representantes ·en Londres, se les privaba de un derecho legítimo, y se violaba nuevamente la constitución y los principios, en este caso, que emanaban de la Magna Carta de 1215. La resistencia al programa de Townshend no fue menos violenta que la resistencia al programa de Grenville y aunque los impuestos nuevos fueron derogados en 1770, el resentimiento se mantuvo vivo, porque los Tribunales del Vicealmirantazgo continuaban funcionan– do. La sensación de paz y calma pareció existir, pero en el fondo había inquietud. Muchos historiadores nos hablan de este período como el de los buenos sentimientos; algo de eso 'existió, pero no para los "radicales", quienes buscaban la forma de mantener viva la llama de la rebeldía. Conservadores y "Ioyalists", en cambio, al igual que mu– chos británicos, estaban dispuestos a buscar una solución en materia de autoimposición de tributos y autodeterminación en lo político. No había nada que se refiriese a los principios, sino todo estaba referido a la conveniencia práctica.
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