La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA, REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS capaces de seguir en un comienzo a los "radicales" en sus ideas revo– lucionarias, Así, pues, la opinión norteamericana estaba dividida. Fue la minoría "radical" o "whig" de Thomas Jefferson, Samuel Adams, Benjamin Franklin, John Adams y otros la que aprovechó la crisis de las relaciones entre la Metrópoli y las colonias y planteó el camino de la Independencia y el nacimiento de Estados Unidos de América. La crisis entre las colonias continentales y la Metrópoli comenzó a tomar forma después de firmarse el Tratado de París en Febrero de 1763, cuando Inglaterra, cuyo control sobre sus colonias siempre había sido inefectivo, decidió mejorar el sistema. A raíz de las adqui– siciones de nuevas colonias a consecuencias de la guerra, era imperativo que se creasen las instituciones administrativas ajustables al padrón inglés en Canadá, Florida, Grenada y en el Valle del Mississippi. Por otra parte, Inglaterra tenía muchas deudas a consecuencias de la guerra, y sus arcas fiscales se encontraban vacías. Era urgente la nece– sidad de dinero para organizar la defensa del imperio y los gastos habituales de la Corona, Si los controles ineficazmente ejercidos para canalizar una gran parte de los beneficios de la economía colonial se podían reforzar y hacer más eficaces, aumentarían los ingresos de la Corona y los beneficios de los comerciantes. Tras estos objetivos, el Primer Ministro Lord GrenvilIe, trazó su programa de acción en 1763 y 1764, el cual fue continuado por su sucesor el Duque de Grafton. Este programa era abarcador y estaba concebido con más lógica que todas las políticas anteriores. Ingla– terra estaba casi a punto de crear una verdadera política colonial, por primera vez, desde que inició su expansión a comienzos del siglo XVII. La primera medida del programa tuvo por objeto organizar la administración de las nuevas zonas que se adquirieron en la guerra a costa de Francia: y España. Mediante la Proclama Real del 7 de Octubre de 1763, se dispuso que las colonias del Canadá, Florida Oriental y Grenada serían gobernadas por gobiernos repre– sentativos, formados con arreglo a los ya existentes en las colonias continentales, cuyo modelo debían imitar. Igualmente, la Proclama dispuso que las tierras al Oeste de los Apalaches, que nunca antes habían tenido una organización administrativa efectiva y real, fueran separadas temporalmente de las colonias continentales, mediante una línea trazada al este de las cumbres de los montes. Se dispuso que en 1764 estas tierras fueran colocadas bajo la administración de dos Agen– tes para los Asuntos de Indios, que operarían, respectivamente en las 66

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