La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Joaquín Bm"celó ! EL PENSAMIENTO ILUSTRADO EN NORTEAMÉRlCA natural es sólo descubrir la proporción de los actos de Dios". La doc– trina de la predestinación no será ya expresión del capricho divino y fuente de incertidumbre para el hombre, sino que constituye la manifestación de una regularidad estructural que hay en el concepto mismo de Dios y que se expresa en las leyes naturales vigentes en el universo material. La influencia de Newton se extendió poderosamente en las co– lonias de Norteamérica. Samuel ]ohnson, que abandonó la iglesia congregacionalista para convertirse al anglicanismo porque no podía adoptar la doctrina de la predestinación, que él llamaba la "doctrina de la inevitabilidad moral", aceptó, sin embargo, la doctrina de la inevitabilidad natural de Newton. Más tarde, con todo, la abandona– ría también cuando su amigo, el filósofo inglés George Berkeley, que había visitado Nueva Inglaterra entre 1729 y 1731, logró persuadirlo de que las ideas newtonianas podían conducir a la negación de la existencia de Dios. Aun hacia la segunda mitad del siglo XVIII el pensamiento de Newton continuaba ejerciendo influencia sobre los intelectuales norteamericanos. Thomas Paine comenzó su carrera co– mo publicista divulgando el desenvolvimiento de las actividades cien– tíficas y sus aplicaciones tecnológicas; la creencia en el orden y la regularidad de la naturaleza, que tomó de Newton, lo llevó a des– arrollar un argumento en que, siguiendo al pensador escocés David Hume, rechaza la existencia de los milagros; la probabilidad de que el informante del hecho milagroso se equivoque o mienta, es mayor que la de que se produzca una desviación en el curso habitual de la naturaleza. Por último, Benjamín Rush, haciendo suya la· visión newtoniana de un universo-máquina, cuyo funcionamiento está or– denado de acuerdo con leyes establecidas por el Creador y accesibles a los hombres por medio del ejercicio de la razón, aplicó estos principios a su teoría fisiológica de la excitabilidad y luego extrajo de ella consecuencias mecanicistas aplicables a la psicología y a la ética. Así, sostuvo que los términos "virtud" y "vicio" no designan entidades reales sino atributos de las acciones humanas, las cuales a su vez están determinadas por excitaciones físicas; en consecuencia, negó que existieran criminales por naturaleza y concibió los estable– cimientos carcelarios no como lugares de castigo para los delincuen– tes, sino como instituciones educacionales donde éstos pudieran re– generarse al ser sometidos a los estímulos apropiados. Pero más importante sin duda que la influencia de Newton, fue para las colonias· el conocimiento de las obras del filósofo inglés John 49

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