La revolución norteamericana, auge y perspectivas
Ricardo Krebs Wilckens I EL MUNDO occmENTAL EN EL SlGLO XVIIl: SOCIEDAD••• La influencia de Rousseau sobre el desarrollo político posterior sería inmensa. Todo privilegio parecería una injusticia. Toda autori– dad que no descansaba en la voluntad general del pueblo soberano parecería dictadura. Toda ley emitida por un gobernante absoluto parecería un ultraje a la dignidad humana. El pensamiento liberal de Locke y Montesquieu y el pensamiento democrático de Rousseau ofrecían los elementos teóricos para reor– denar la sociedad y el Estado cuyas estructuras habían quedado tan profundamente alteradas por los grandes cambios demográficos, eco– nómicos y culturales. En los palacios de Versalles y Schonbrunn, en las suntuosas resi– dencias de un duque de Alba en Madrid, del duque de Lorena en Nancy, del Conde de Esterhazy en Viena se reunían aristocráticos se– ñores y hermosas damas, ataviados de ricas vestimentas de seda, de pelucas empolvadas y exquisitos perfumes. I.:as luces de miles de velas se reflejaban en los cristales de las lámparas y en los espejos. Elegantemente evolucionaban las parejas al compás del minué. Se escuchaban los melodiosos acordes de una serenata de Mozart. Un mundo hermoso, un mundo rico, última etapa de una tradición mi· lenaria, fase final del mundo aristocrático. Pero este mundo ya no descansaba sobre cimientos sólidos. El desarrollo de la población había hecho explosión, el poder econó– mico estaba pasando a manos de la burguesía, los pensadores hahían proclamado los nuevos ideales de la libertad, de la igualdad y de la dignidad del hombre. Muy pronto el mundo se pondría en movimiento. Los colonos in– gleses en Norteamérica proclamarían su independencia. La Asamblea Nacional Constituyente en París proclamaría los derechos del hom– bre y del ciudadano, declararía la abolición de los derechos feudales y daría a Francia una nueva constitución. Napoleón modificaría el mapa político de Europa. Se emanciparían las colonias españolas en Centro y Sudamérica. El siglo XIX seria un Siglo de Revoluciones. El aristocrático mundo del siglo XVIII fue un mundo luminoso y festivo. Pero ese mismo siglo :XVIII engendró también las fuerzas e ideas que destruyeron aquel mundo y que configurarían el mund~ contemporáneo, nuestro mundo.
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