La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA IlEVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUCE y PERSPECTIVAS máticas. Pero al mismo tiempo de iniciar su cruzada a nombre de la razón, demostró también un cierto escepticismo con respecto a la ~acionalidad humana. Atacó las doctrinas vigentes, pero no logró en– samblar las nuevas ideas en una nueva concepción general del mundo. Exigió que se tolerasen todas las creencias religiosas y abrió el camino a un relativismo nihilista que haría dudar de toda verdad. Así surgió ya en los comienzos mismos de la época de la razón, conjuntamente con la fe en la razón, la duda con respecto a ella. Los hombres de la Ilustración vivían para el presente y el futuro. El pasado les parecía una época de atraso y fanatismo que había que dejar atrás y superar para construir el mundo de mañana. Ellos se sintieron unidos por los nuevos ideales y la nueva esperanza. La vieja República Cristiana fue reemplazada por la República de los Filó– sofos, los hombres ilustrados que creían poder redimir a la humanidad mediante la filosofía y la ciencia. Cayeron en desuso los viejos valores de la virtud ascética y de los ejercicios espirituales. En su lugar se escucharon ahora las nuevas palabras mágicas: tolerancia, libertad de conciencia y pensamiento, derechos naturales y humanos, libre desa– rrollo de la personalidad, humanidad, felicidad. Las nuevas ideas aparecieron primero en Inglaterra y los Países Bajos. En el siglo XVIII el desarrollo intelectual vivió a ser encabezado y dirigido por Francia. Cierto que también hubo resistencia a las nuevas ideas y en varias ocasiones las autoridades aplicaron rigurosas sanciones a los intelectuales que parecían un peligro para las creencias oficiales y el orden existente. Rousseau fue desterrado. El Parlamento de París ordenó quemar las Cartas Inglesas de Voltaire. Este prefirió retirarse hacia la lejana Lorena, donde encontró refugio en el castillo de su protectora, la Marquise de Chatelet. Sin embargo, estas medidas no pudieron impedir la difusión de las nuevas ideas. El idioma francés, que ya en tiempos de Richelieu se había convertido en lengua de la diplomacia, llegó a ser ahora el medio de comunicación del nuevo pensamiento y del público culto e ilustrado. Diderot y D'Alembert, en colaboración con los intelec– tuales más destacados de su época, publicaron la Enciclopedia cuyos 24 tomos aparecieron entre 1751 y 1772. La Enciclopedia o Diccio- . nario Razonado de las Ciencias, Artes y Letras fue un primer resumen de todo el pensamiento moderno. Sus editores persiguieron el objetivo de exponer metódicamente los nuevos conocimientos y de proporcio– nar una guía.para la acción práctica. Su organización correspondió a . las tres facultades elementales de la razón humana: la razón, fuente

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