La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Ricardo Krebs Wilckens / EL MUNDO OCCIDENTAL EN EL SIGLO XVIII: SOCIEDAD... y se establecieron praderas artificiales que permitieron aumentar el ganado y criar razas más finas. De esta manera, la agricultura llegó a ser más diferenciada, se empezó a trabajar en forma más intensiva y se aumentó considerable– mente la producción. La agricultura empezó a abandonar el nivel de una simple economía de subsistencia y comenzó a pasar al nivel de una economía de mercado. El aumento del consumo hizo subir los precios agrícolas de modo que por primera vez después de mucho tiempo se volvió a presentar una coyuntura favorable para la agricultura. Los principales benefi– ciarios de esta coyuntura fueron por el momento los grandes señores y terratenientes. Los altos precios agrícolas proporcionaron a la so– ciedad aristocrática los medios económicos que hicieron posible el lujo y refinamiento que caracterizan esta última fase del Antiguo Régimen. Por otra parte, la nueva rentabilidad de la tierra invitó también a los sectores capitalistas a invertir dinero en las faenas agrí– colas, en las cuales ciertamente la utilidad era menor, pero, en cam– bio, se corría menos riesgo y se podía ganar el prestigio que sólo con– cedía la posesión de la tierra. En los países de más acentuada estruc– tura feudal, como Prusia y Rusia, la posesión de las tierras nobilia– rias siguió siendo privilegio exclusivo de la aristocracia, pero en Francia, los Países Bajos e Inglaterra aumentó el número de burgue– ses que invirtieron parte de las riquezas ganadas en la banca y el comercio internacional en una propiedad agrícola que les podía con– ferir el rango y el prestigio del gran señor. En un grado menor la favorable coyuntura agrícola benefició también a algunos sectores más modestos de la población campesina. Por primera vez después de la gran expansión agrícola europea en el siglo XII el campesino po– día abrigar nuevamente ciertas esperanzas y mirar con un cierto op– timismo hacia el futuro. Junto a estos grupos más favorecidos existían, por cierto, también otros sectores cuya vida transcurría triste y sin esperanzas y que es– taban agobiadas por pesadas cargas. El aumento de la población pro– dujo una fuerte presión demográfica en el campo. Como muchas tierras estaban vinculadas, los hijos segundones no tenían ninguna posibilidad de adquirir tierras. Mucha gente joven se vio obligada a abandonar su hogar y a tentar suerte en otras partes. En el curso del siglo XVIll se produjo un fuerte aumento de los mendigos y vaga– bundos que merodeaban por el campo. Al mismo tiempo se inició el éxodo del campo hacia los centros urbanos. En los países de la

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