La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Discurso del señor Embajador de Estados Unidos, David H. Popper, en la Velada Cultural realizada en el Teatro MuniciPal de Santiago. Distinguidas autoridades, amigos de Estados Unidos de América, con– ciudadanos norteamericanos, señoras y señores: Para mí es un verdadero honor poder participar en esta magní– fica manifestación cultural en homenaje al. Bicentenario de la De– claración de la Independencia de Estados Unidos de América. Este acto es un¡il prueba más de que el movimiento de liberación en Norte– américa ha tenido repercusiones significativas mucho más allá de las fronteras de mi país y constituye otra prueba del afecto y compren– sión históricos y espontáneos que unen a Chile y Estados Unidos. La firma de la Declaración de la Independencia en Filadelfia, 200 años atrás, fue el comienzo de una nueva gran aventura en autogo– bierno -una de las grandes ideas revolucionarias en la historia polí– tica del hombre-o No había en esa época gobierno democrático de alguna importancia. Había habido muy pocos en los anales de la historia: aun la magnífica ciudad-estado de Atenas en la era de Perides fue esencialmente una aristocracia, ya que su existencia fue sustentada en gran parte por esclavos que carecían de cualquier de– rccho humano. Así, el experimento de las 13 colonias amcricanas en 1776 atrajo la atención del mundo como una nueva fuerza. Los europeos discu– tían si el gobierno democrático sería deseable, factible o aun moral. Pero en América Latina hubo pocas dudas. Allí el ejemplo de Estados Unidos inspiró a patriotas independentistas a través de todo el im– perio ibérico, como asimismo en Chile. Aquellos de nosotros que hemos estudiado la historia de Chile co– nocemos el importante papel desempeñado en el movimiento de Independencia de este país por el primer funcionario norteamericano asignado a Chile en 1811: Joel Robert Poinsett. Mientras que patrio– tas chilenos ya estaban infectados con el "virus democrático", Poin– sett, mediante su estrecha relación con próceres de esta nación (José Miguel Carrera), hizo aportes importantes y directos a la unidad de los independentistas chilenos y aun preparó un borrador inicial que proporcionó los principios fundamentales para la primera Constitu– ción de esta nación. También sabemos de Matthew Arnold (Mateo Arnoldo) HoeveI, :.no

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