La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS José Miguel Carrera, entregándose a él la redacción de un informe sobre el "Estado político de la costa del Pacífico". Bland pasó a Chile el 15 de Abril de 1818. Fue recibido por el Ministro Antonio José de Irisarri, que 10 condujo a la presencia del Director Supremo don Ber– nardo O'Higgins, admirador de la figura americana de Washington y del régimen político republicano. El Juez Bland explicó el sentido benévolo de.la posición neutral de los Estados Unidos, dejando cons– tancia que eran acreedores a todo el respeto que se merecían. La actuación de Bland estuvo dirigida más bien a explicar las con– veniencias del régimen constitucional norteamericano y a concertar un posible tratado comercial entre ambos países. El informe publicado por Bland a su regreso, contenía una aca– bada descripción de nuestro territorio, sus instituciones y su cultura, noticias que influyeron en el despertar de una conciencia america– nista en los circulos oficiales de Washington. La relación diplomática en este período decisivo del proceso de nuestra independencia, fueron mantenidas por algunas personalida– des interesantes en sus puntos de vista. El "Agente Especial" G. D. Worthington, además de su insistencia en la adopción de una Consti– tución que alcanzó aún a redactar, buscó, al mismo tiempo, ayuda económica para el pueblo y el gobierno que le permitiera llevar a cabo el organizar la enorme empresa de la Expedición Libertadora del Perú. Worthington insinuó la posibilidad de un préstamo interna– cional. El Senado Conservador aprobó esta idea del ejecutivo y eligió corno emisario a John Higginson, Comandante de la Lautaro, y por algunos meses Jefe de la Primera Escuadra Nacional. Provisto de los documentos estadísticos básicos preparados por el Ministro don Joaquín Echeverría, partió Higginson a Estados Unidos. Por des– gracia, esta empresa, que hubiera aliviado la intensa situación del país, terminó con el inesperado fallecimiento de Higginsol1 al to(ar la tierra natal. Se debe a otre. agente informal, el dinámico Jeremías Robinson, la preocupación por ensayar otro de los métodos que podían estre– char las relaciones culturales entre Chile y Estados Unidos a base de un conocimiento mutuo. A él se deben los primeros intentos de esta comunicación de espíritu. Robinson creía que había que cimen– tar los lazos políticos y económicos en un entendimiento moral e intelecmal, única forma de hacer duradera una amistad que se inici– ciaba bajo halagüeños auspicios. Para cumplir estos objetivos visitó a los más destacados intelectuales de esa época, don Juan Egaña, don 206
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