La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA REVOLUCIÓN NORTI'AMERICANA, AUGE y PERSPECTIVAS 1812, Y que tendrá su líder en labor tribunicia de José Miguel Infante que postula a una Constitución federalista que alcanza realidad en 1826. El clima de tranquilidad y progreso que permitió realizar al país fecundos progresos, se enturbia al conocerse la noticia de la invasión de Chile por la fuerza del Virreinato. José Miguel Carrera organiza la defensa del país contra el General Pareja y a su lado parte el lQ de Abril de 1813, Joel Robert Poinsett, que ofrece sus conocimientos mili· tares, alcanzando un alto cargo en las filas patriotas. El Cónsul logra rescatar en Talcahuano 1~ tripulación de algu– nos balleneros y con ellos forma un batallón de artillería que combate valientemente. Uno de sus jefes, Enrique Ross, es declara– do Benemérito de la Patria por su actuación en Yerbas Buenas y el Gobierno, al ordenar al escultor Andía y Varela la estatua de la apoteo– sis de la patria, ordena inscribir allí su nombre ilustre. A los contactos oficiales inaugurados por Poinsett, hay que agregar como factor de robustecimiento de lazo entre Chile y los Estados Uni– dos, la aparición de la marina de guerra norteamericana en el Pacífico. El pabellón estadounidense lo enarboló en la bahía de Valparaíso el intrépido Comodoro David Porter, comandante de la fragata Essex, que venía a combatir las fuerzas inglesas en la guerra de 1812. Porter, derrotado en la Batalla de Punta Gruesa, demostró gran ca– riño por nuestro país y a él se debe la iniciación de las becas de estu– dio para los chilenos en los planteles norteamericanos. Cabe a Luis y Mateo Blanco el honor de haber sido los primeros alumnos extranje– ros de la Academia Militar de West Point. Pedro Valdés Carrera fue admitido en la Marina de ese país por el Presidente Monroe y alcanzó distinción en sus filas. Y no se puede olvidar en esta hora de recuerdos históricos la per– sonalidad de Charles W. "Vooster, norteamericano que alcanza en ClJile el alto grado de Almirante, distinguiéndose en la etapa final de nuestra independencia, la Campaña de Chiloé. "Vooster, dotado de cierta premonición histórica, organizó la primera compañía ballenera del país y trató de llevar hasta la Antártica a nuestros intrépidos ma· rineros. Por desgracia los esfuerzos del pueblo y del Gobierno, la valentía de Carrera y de O'Higgins, fueron impotentes para detener las sucesi– vas invasiones, y el 19 Y 2 de Octubre la Patria Vieja dejaba la existir y una nueva etapa se abría a las esforzadas generaciones chilenas. La Reconquista se abre con el destierro de los patriotas a la isla de

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