La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA 'REVOLUCI6N NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS otro lado, ¿qué es 10 que pasa si una administración con una política exterior mal concebida tiene éxito en venderla al público? Una parte de la respuesta es que hay veces cuando los intereses de una nación en cuanto a su sobrevivencia como país democrático son mejor servidos si no se permite el debate público sobre la política exteriOl'. "'alter Lippman ha comentado sobre este dilema de la formulación de la política exterior en una democracia y la influencia de la opinión pública: "en difíciles encrucijadas la opinión pública ha estado destructi– vamente equivocada. El pueblo ha impuesto un veto sobre los jui– cios bien hechos de oficiales responsables y mejor informados. La opinión pública ha forzado a gobiernos que sabían lo que era más sabio, más necesario o más expedito, a llegar tarde con demasiado poco, de permanecer demasiado tiempo con demasiado poco, y de ser demasiado pacífico en paz o demasiado belicoso en guerra"40. Sin embargo, parece que una opinión bien despierta e informada como fue el caso de la oposición de muchas personas a la guerra en Vietnam, también puede ser un factor muy positivo para cambiar una política exterior mal concebida. Así que la otra parte de la res– puesta a la pregunta mencionada arriba es que hay veces cuando los intereses de una nación en cuanto a su sobrevivencia como país demo– crático son mejor servidos si el debate público sobre la política exterior es promovido. El caso de Vietnam comprueba que la opinión pública puede tener toda la razón y los expertos, políticos y funcionarios del Departamento de Estado pueden estar muy equivocados. Así que el dilema de la formulación de una buena política exterior democrática sigue sin resolución. No existen fórmulas mágicas o me– todologías milagrosas que puedan servir en todos los casos y en todos los tiempos para guiar ni a los funcionarios ni al pueblo en la formula– ción de la política exterior democrática. Pero como traté de señalar en este artículo, puede ayudar bastante a comprender y formular la políti. ca exterior democrática si se toman en cuenta las virtudes tanto como los defectos de la democracia en general y el pueblo en particular. Si se consideran estos factores, podemos ser optimistas sobre el porvenir de la política exterior de los Estados Unidos en el umbral de su tercer siglo. 'OLefever, Ethics and U. S•. Foreígn PoUcy, p. 164. 200

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