La revolución norteamericana, auge y perspectivas
Edward G/ab, Ir. / DOSCIENTOS AÑOS DE pOLÍTICA EXTERIOR DEMOCRÁTICA: EE.UU. EN••• Los lemas y simplificaciones de los vendedores de la política exterior, tienden a intensificar la ansiedad americana sobre los problemas de po– lítica exterior sobre todo, cuando las soluciones no son encontradas inmediatamente y los problemas interrumpen su perseguimiento de valores privados. La preocupación por valores privados a veces impide que el pueblo americano comprenda la formulación y conducta de la política exterior en toda su profundidad y complejidad porque, según un autor, "la preocupación con valores privados y el éxito material individual tiende a cegar a los americanos de la realidad de la política mundial y hacerles insensibles a los intereses de otros pueblos"34. La distorsión paratáxica, la necesidad de vender la política exte– rior al pueblo y la tendencia de generalizar sobre el mundo usando como base la experiencia singular de EE.UU., ha llevado a sus líderes a poner énfasis en el aspecto moral de la política exterior. Este mo– ralismo ha llevado a EE.UU. a inventar términos como "rendición" incondicional", "victoria total", "no reconciliación", "democracia uni– versal" y "derechos humanos". Aislamentismo e intervencionismo tam– bién tienen las mismas raíces del moralismo y de la tendencia de los americanos de mirarse como algo especial. El aislamentismo de EE.UU. siempre ha mostrado una calidad de evangelismo y la intervención global de EE.UU. de hoyes el mismo moralismo, "la creencia en la bondad única de América proyectada hacia el mundo entero"S5. Pero ¿cómo puede una nación que supuestamente quiere promo– ver igualdad y libertad por todo el mundo, tratar con países comunis– tas, aceptar el racismo dentro de sus fronteras, ayudar dictaduras re– presivas y vender armas a cualquier nación que tenga plata para comprarlas, hablar de los valores o moralismos superiores de EE. UU.? Sin embargo, es cierto que EE.UU. habla mucho de su moralidad a pesar que, como indiqué antes al mencionar la política de Wilson en 1914, muchas veces la política verdadera de EE.UU. representa la antítesis de nuestros pronunciamientos teóricos con respecto a algunas naciones 36 • EE.UU. trata en general de implementar políticas moralistas al nivel internacional como la campaña de los derechos humanos aun cuando su política internacional muestra una preocupación de la moralidad internacional sólo en ciertas naciones donde tal políti– ca moral no puede poner en peligro los intereses más estratégicos y económicos de EE.UU. "'Lefever, Ethics and U. S. Foreign Policy, pp. 169-70. 35Still and Pfaff, Power and lmpotence, p. 18. OOVea, por ejemplo, David Larson, The Puritan Ethic in United States Foreign Policy (New York: D. Van Nostrand, 1966), p. 13.
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