La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS Claramente, esta última cita nos dice que el sufragio democrático no es suficiente para controlar sólo al gobierno. Sin embargo, es ob– vio que los fundadores creyeron que una de las garantías más impor– tantes de la mantención de una república democrática era el sufragio democrático. Pero ¿puede no ser y de hecho no ha sido esa garantía democrática un impedimento a la mejor formulaci6n y conducta de la política exterior? El francés Alexis de Tocqueville creyó que sí. El no creía que las democracias tendrían mucho éxito en la conducta de asuntos extranjeros, porque: "La política extranjera apenas requiere de aquellas cualidades, las cuales son inherentes a la democracia; al contrario, requiere el uso perfecto de todos aquellos elementos de los cuales la democracia carece. La democracia favorece el aumento de los recursos internos del estado, difunde el bienestar y la comodidad, promueve el es– píritu público y fortalece el respeto por la ley entre todas las clases. Todas éstas son ventajas que sólo tienen una influencia muy indi– recta en las relaciones internacionales. Pero una democracia puede sólo con mucha dificultad regular los detalles de unas metas de mucha importancia, perseverar en el logro de la meta fijada y ela– borar su realización a pesar de serios obstáculos. No pueden combi– narse sus medidas con discreción o esperar consecuencias con pa– ciencia. Estas son cualidades que pertenecen más bien a un indi– viduo o a una aristocracia y son precisamente las cualidades a tra· vés de las cuales una nación como un individuo, logra una posición dominante"9. Lo que he tratado de ilustrar con esta breve discusión de los Pape– les Federalistas y el comentario de De Tocqueville, es que aparente– mente existe un conflicto entre las necesidades de una "unión firme", una democracia y la conducta de la política exterior. Se puede resumir la esencia de este conflicto con las palabras de Lincoln citadas anterior. mente: ¿Es inevitable que un gobierno siempre sea demasiado fuerte para la libertad de su propio pueblo o demasiado débil para mantener su propia existencia? Es una pregunta clave, ya que las demandas de la política exterior y las demandas de una democracia muchas veces crean un conflicto en· tre el derecho y a veces la necesidad del gobierno de guardar reservas "Alexis de Tocqueville, Democracy in America, Ed. by Phillips Bradley (New York: Vintage, 1958), Vol. 1, pp. 243-44. 186

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