La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMEIUCANA, AUGE y PERSPECTIVAS La segunda interrogante que a veces comentan los observadores políticos de América, es que detrás de la fachada legal e institucional de la democracia americana; existen síntomas claros de enfermedades graves que han corrompido el carácter representativo y existencial del credo político americano. Al respecto, creo que la opinión pública mundial y americana fueron testigo de que se aplicó todo el poder y el rigor constitucional a un ex presidente, que dejó de convertirse en el fiel guardián de la Constitución de las leyes del país. "El principio de la unidad nacional explica notablemente el desa– rrollo del Watergate hasta sus últimas consecuencias, porque no podría haber existido un interés superior al Estado, que la aplicación de la constitución" a. J. Revel). A diferencia de otros estados en la democracia americana, los enfren– tamientos políticos aún se canalizan a través de grandes debates cons– titucionales, tales como la 1ucha por los derechos civiles de los negros 1950-1970 y los casos de juicios políticos por abuso de poder y.extra– limitación de funciones. Este juridicismo de la democracia americana no es una fachada sino que se ve reflejada en la enorme influencia del poder judicial, la Corte Suprema de Justicia y la opinión pública que son los árbitros definitivos de las contiendas políticas en América. Este vigor de la carta fundamental, de ninguna manera significa un "angelismo constitucional" sino la existencia de un mínimo de consenso sobre los valores fundamentales del ciudadano sin que por ello no subsistan conflictos y discrepancias. Los disparos se escuchan pero los cazadores no han interrumpido el vuelo del emblema ame– ricano. Sólo a veces han disminuido su altura. Junto con los frenos y equilibrios constitucionales la democracia americana tiene frenos, equilibrios sociales. Se trata de una demo– cracia pluralista, como la llamaba Tocqueville, que descansa en múlti. pIes asociaciones: "Una asociación política saca de sí misma a una multitud de individuos y a quienes se hayan separados naturalmente, por la edad, la fortuna, el espíritu, ella los acerca y los pone en con· tacto. Se encuentran una vez y aprenden a encontrarse siempre" (A. Tocqueville, 1835) .. Esta observación de Tocqueville demuestra que a pesar de las dife– rencias,la democracia americana tiene cohesión propia. Ciudadanos diferentes se unen para la defensa de un gran ideal nacional. Un cientista político americano, Robert Dahl, ha definido a este régimen
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