La revolución norteamericana, auge y perspectivas
E. Víclor Niemeyer, fr. I LA CONSTITUCIÓN NORTEAMERICANA PE 1789 Los redactores de la Constitución no mencionaron para nada los partidos políticos por la sencilla razón que en esa época no existían. Los partidos políticos se desarrollaron posteriormente y, a medida que surgían, eran gobernados por costumbres y tradiciones y no por la Constitución. ¿Dónde reside la soberanía bajo la Constitución Norteamericana? Debemos recordar que bajo los Artículos de Confederación cada Estado retenía su soberanía y libertad de acción. Una debilidad fundamental era la carencia de un medio de ejercer el control directo sobre el pueblo norteamericano. Esta falla fue rectificada parcialmente bajo la Constitución, que otorgaba al Gobierno Federal sólo poderes limi– tados y enumerados, por implicancia dejando el saldo para los Es– tados. Sólo en 1819 el Presidente de la Corte Suprema, John Marshall, sostuvo que el Gobierno Federal derivaba su autoridad del pueblo de los Estados más bien que de los Estados como entidades soberanas. Este problema no quedó totalmente solucionado hasta 1865 cuando terminó la Guerra Civil y se negó una vez por todas que un Estado pudiera retirarse de la Unión. Lincoln había librado y ganado la más cruenta guerra del siglo XIX a fin de mantener el concepto de soberanía nacional, que la soberanía descansaba en el pueblo norte– americano y no en los Estados. Ahora quisiera manifestar que la Constitución fue producto de la Era de la Ilustración y la experiencia del período colonial. Mis pre– decesores en este podio, los señores Dr. Krebs, Profesor Sánchez y Profesor Barceló, han explicado los principios de la Ilustración tanto en Europa como en Estados Unidos. Los redactores fueron hombres racionales quienes creían que los guiaría el raciocinio en la redac– ción de un documento que serviría de base de una estructura política' que recalcaba la autoridad de la ley y no la autoridad del hombre. Fue, si no la primera, una de las primeras constituciones escritas. Inauguró un período de redacción de constituciones formales que sería emulado por los revolucionarios franceses y, más tarde, por otros en el siglo XIX. Aunque expresa conceptos políticos del siglo XVIII y fue diseñada para una nación agrícola subdesarrollada, este breve documento sigue siendo la expresión de las aspiraciones nacionales de un pueblo alta~ mente desarrollado, a la vez que resguarda sus necesidades. Esto se debe no solamente a la solidez de la estructura gubernamental que proveyó, sino también que su significado ha ido en aumento con el pasar de los años. El éxito del sistema de gobierno norteamericano 161
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