La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓ:¡¡ NORTEAMERICANA, AUGE Yl'ERSPECTIVAS voluntad de los Estados. No había Presidente ni sistema alguno de tribunales nacionales. U na grave falla era que los Artículos de Con– federación sólo podían ser modificados con el consentimiento uná– nime de los Estado~. En totál, los Estados eran supremos y el gobierno nacional demasiado débil para poder ofrecer un sistema viable de unión. América aún no había hallado modo de distribuir el poder entre un gobierno centralizado y los Estados miembros. Pero luego había de lograrlo bajo una nueva carta nacional: la Constitución de 1789. . ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cuáles fueron los sucesos que obligaron al pueblo no~teamericano a buscar una unión más perfecta? Durante el lapso 1781 a 1787 los Estados sostuvieron interminables riñas sobre fronteras limítrofes entre uno y otro, pleitos por derechos territoriales y. por tarifas. La depresión económica arrasó el país, dejando muchos granjeros iracundos y hambrientos. Después de ter– minada la Guerra Revolucionaria, la cooperaClon entre los Es.tados que había sido tan esencial para llevar la guerra adelante a su con– clusión disminuyó notablemente. En la gloria de la Independencia los Estados hacían prácticamente lo que les daba en gana. Algunos emitieron dinero en billetes sin valor; otros omitieron de contribuir con su cuota para mantener al gobierno central. Abundaban los proble– mas internacionales. Los británicos se negaban a retirar sus tropas de las tierras del Oeste hasta que los Estados hubiesen 'pagado el . valor de las propiedades expropiadas a súbditos británicos duran~e las luchas; y los españoles amenazaban con claUsurar el río Mississippi para impedir el comercio norteamericano. Como otras naciones se negaban a firmar convenios comerciales con el débil gobierno norte– americano que era incapaz de cumplirlos, el comercio internacional disminuyó a cero. Bajo estas condiciones, un pequeño grupo de norteamericanos resueltos comenzaron a bregar por un gobierno nacional más enérgico. Cuando los Estados de Virginia y Maryland tuvieron éxito en resol– ver sus problemas sobre el comercio por el río Potomac, un grupo de virginianos propusieron que los Estados enviaran delegados. a .Annápolis, Maryland, a fin de discutir problemas interestatales. Aunque sólo cinco Estados concurrieron a la cita, los organizadores no se diCl'on por vencidos. Convencieron al Congreso a convocar una asamblea· a celebrarse en Filadelfia en mayo de 1787. Este Congreso habría de reunirse "para el único y exclusivo fin derevi– sal' y modificar los Artículos de Confederación". El que la Conven-
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