La revolución norteamericana, auge y perspectivas

LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS • • • En base a lo que hemos expuesto, podemos sacar algunas conclu– siones. La Revolución Norteamericana fue el punto de partida de la política exterior y diplomacia de Estados Unidos que, tomando como base la experiencia colonial, tuvo en su primera etapa un solo objetivo: garantizarse la efectividad de la Independencia y el respeto de esta Independencia por las restantes naciones del mundo. Para ellos, Estados Unidos creó el "Plan de 1776" y buscó la alianza entre los poderes europeos que en el pasado habían sufrido agravios por parte de Gran Bretaña, coincidiendo en este aspecto con las esperan– zas de Francia. Pero la acción francesa, en el campo diplomático, puso a Estados Unidos en una situación comprometedora por los acuerdos de la Convención de Aranjuez y por un tiempo la situación norteamericana estuvo atada al peñón de Gibraltar. La ayuda fran– cesa fue fundamental en el logro del triunfo militar como en cierta medida también lo fue la ayuda de España. En un plano distinto, el frente que Holanda le creó a Inglaterra y la actitud de las naciones neutrales, con algunas de las cuales Estados Unidos logró establecer relaciones, fueron también acciones de importancia. La acción diplo· mática norteamericana, en un primer momento, reveló, como era ló– gico, cierta inexperiencia, pero paulatinamente fue tonificándose y haciéndose más expedita, ágil y dinámica. Del objetivo inicial y úni– co fueron naciendo otros objetivos, que aunque habían sido formula– dos teóricamente, se plantearon como una verdadera necesidad en la práctica. Así, las primeras políticas exteriores norteamerIcanas tienen ya una definición pragmátic'l que nunca han perdido. Los primeros diplomáticos norteamericanos fueron improvisados e improvisadores, pero en el terreno adquirieron una experiencia que les permitió for– mar escuela. Entre ellos, y desde un primer momento, Benjamín Fran· kIín, el sabio, el inventor, el erudito periodista, el filósofo que en sí encarna la Ilustración Norteamericana, brilló con luces propias por su talento, su sagacidad y habilidad. El 4 de Julio de 1776, el Acta de Declaración de Independencia de Estados Unidos proclamó al mundo: .....Estas colonias unidas son, y por derecho deben ser. Estados Libres e Independientes; que quedan exentas de toda fidelidad a la Corona inglesa, y que todo lazo polí– tico entre ellas y el Estado de la Gran Bretaña queda y debe quedar completamente disuelto; y que como Estados Libres e Independien-

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