La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS Franklin. Además, los británicos dieron la libertad a Henry Laurens, quien se trasladó a París. En sí, este último hecho es bastante signi– ficativo. Las negociaciones finales entre los delegados norteamericanos y británicos tomaron 6 semanas y, por fin, el 30 de noviembre de 1782, se llegó a un acuerdo, firmándose un tratado sobre la base de los artículos preliminares y condicionales de paz que ya se habían dis– cutido. Estos artículos preliminares y condicionales de paz, constituyeron el Tratado definitivo. El Artículo 1, dice textualmente: "Su Majestad Británica reconoce a los referidos Estados Unidos... como estados li– bres, soberanos e independientes; que los trata como tales, y que él, sus herederos y sucesores renuncian a toda reclamación al gobierno, propiedades y derechos territoriales del mismo y de cualquier parte de ellos...". El Articulo II fija las fronteras entre Estados Unidos y el Canadá Británico, mientras el Articulo nr concede derechos de pes– ca a los norteamericanos en los bancos de Terranova, Newfoundlancl y Golfo de San Lorenzo. El Artículo IV establece un entendimiento anglo-americano "para recuperar el valor total en moneda esterlina de todas las deudas contraídas bona fide hasta la actualidad". El Artículo v recomienda al Congreso de Estados Unidos requerir de las legislaturas estatales "que procedan a la restitución de todos los bienes, derechos y propiedades que han sido enajenados y que per– tenecen a súbditos británicos reales, y también de los bienes, derechos y propiedades de personas residentes en distritos en poder de las armas de Su Majestad, y que no se hayan levantado en armas contra los referidos Estados Unidos...". Por el Artículo VI se establece que no habrá nuevas enajenaciones ni se entablarán procesos contra ninguna persona "por o en razón de la participación que pudo haber tenido en la actual guerra, y que ninguna persona, por ese motivo, sufrirá ninguna pérdida ni daño, sea en su persona, su libertad o su pro– piedad...". El Artículo VII establece que "existirá una firme y perpe· tua paz entre Su Majestad Británica y los referidos Estados Unidos..., por lo cual todas las hostilidades de mar y tierra cesarán entonces inmediatamente". El Artículo VIII, es clave, porque establece que "La navegación del río Mississippi, desde sus fuentes hasta el Océano, será siempre libre y estará abierta a los súbditos de Gran Bretaña y a los ciudadanos de Estados Unidos". El Artículo IX previene de futuros problemas y especifica las medidas a tomarse en caso que
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=