La revolución norteamericana, auge y perspectivas
LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA, AUGE Y PERSPECTIVAS como pretexto la enmienda de los Artículos de la Confederación, generará una Constitución. El nombre de Washington, encabezando la lista de representantes de Virginia, tendrá la virtud de concitar el interés de los demás Estados por concurrir. Sólo Rhode Island faltará a la cita. Este Con– greso Constituyente, bajo la presidencia conciliadora y respetada de \l\Tashington, culminará sus trabajos con la aprobación de la Consti– tución Federal de 1787, "la obra más grande que jamás, en cualquier tiempo, hayan producido la mente y la voluntad del hombre", en palabras del gran estadista Gladstone, recordadas por Henry \I\T. Elson 1o . Sin embargo, la Constitución Federal, admirable conjunto de com. promisos prácticos, probados en la experiencia colectiva de los Esta– dos y at'monizado con los principios irrenunciables que habían presidido y justificado la Revolución de la Independencia tardó en ser aprobada hasta Junio de 1788, cuando se reunieron las nueve ratificaciones estatales indispensables para la vigencia de sus dispo– siciones. Jorge \l\Tashington designado primer Presidente, juraba su cargo en la capital de la Federación, Nueva York, el 30 de Abril de 1789, en medio del clamoroso júbilo pópular. A veces el esplendor de las hazañas militares, suele opacar la tarea serena y cotidiana de la paz. Al asumir vVashington su mandato presidencial, le tocaba sentar las bases del sistema federal; demostrar, prácticamente, la bondad de las normas adoptadas; tomar decisiones y mostrar ante un mundo monárquico que la libertad y el orden, el progreso y la paz también podían ser patrimonio de una repú– blica. Es difícil sustraerse a la admiración que despierta su gestión de gobernante. Supo armonizar encontradas opiniones; o mantener con firmeza las decisiones adoptadas sin pensar en las personas heridas o en la pérdida de popularidad. Así actuará al apoyar la obra finan. ciera y económica de Hamilton, que fundará las estructuras del siste· ma federal en esta materia y permitirá un temprano desarrollo econó– mico; facilitará la organización del sistema judicial y la adopción de la Declaración de Derechos, reclamada por los que recelaban del gobierno central. Resolverá los lineamientos de la política exterior de lOHenry W., Elson. Estados Unidos de América, T. XVll de la Historia de Amé· rica y de los Pueblos Americanos, Salvat Editores, Barcelona, 1956. 116
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