La revolución norteamericana, auge y perspectivas

Luis Can'CllO Silva I UN AMERICANO DEL SIGLO XVlIl: GEORGE \VASHlNGTON hington, Mount Vernon. Lord Fairfax le abrirá las oportunidades para ejercer sus conocimientos de agrimensor. Repentinamente, la muerte de Lorenzo y de la hija de éste, pone en manos de Jorge 'Vashington la hacienda de Mount Vernon y las responsabilidades polí– ticas que debía atender. Los colonos de Virginia tenían un fuerte bastión en su Asamblea de los Burgueses, donde desde antiguo habían desarrollado un acu– sado ejercicio del poder, aun después de transformarse Virginia en una Colonia ReaL Beneficiarios desde los comienzos, de la antigua tradición inglesa de la libertad política, habían tenido una fuerte participación en la conducción de los asuntos públicos. Esa aristo– cracia, experimentada y comprometida en el gobierno autónomo, será la que proporcionará modelos y dirigentes en las luchas por la imlependencia. Al iniciarse la vida pública de Jorge Washington, Virginia sentía, junto con otras colonias, agudizarse el viejo conflicto de la presencia francesa tras los Apalaches. La América Francesa amenazaba con eli– minar la penetración de colonos virginianos, en territorios considera– dos por eUos como propios. Pero esta vieja rivalidad, no sólo terri– torial, sino también con repercusiones de fuerte contraste político y social, venía a engarzarse con el peligro siempre latente de los indios. La lucha contra Jos franceses era, también, una lucha contra los indios. Pero entendida todavía dentro del cuadro de los intereses locales, y responsabilidad de las colonias afectadas; de ahí el fracaso del pro– yecto de U nión de Albany, redactado visionariamente por Benjamin Franklin, en 1754. La Guerra de los Siete Años se iniciaría en América dos años antes; y sus primeros disparos serían de milicianos virginianos, mandados por el ayudante general de las milicias, un joven de 22 años, ] orge vVashington, en misión de hacer respetar los derechos de Virginia en el valle del Ohio. En efecto, sabedor el Gobernador de Virginia de los avances fran. ceses en el valle de Al1eghany, envió al emplazamiento del fuerte Le Boeuf a Jorge ''''ashington, con la misión de representar los derechos de Virginia. Esta gestión no dará resultados satisfactorios, obligando al a110 siguiente, 1754, a una segunda expedición; en ella, en el lugar llamado de Grandes Prados. la peque11a formación de Washington sufrió el ataque francés. Reanudadas las hostilidades al año siguiente, dirigidas por el general inglés Braddock, éste lleva al indispensable v\Tashington como su Ayudante de Campo. La expedición pretendía 10 9

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