Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

96 DAVID E. LEWIS Sin embargo, es también en 1991 que se define claramente el estanca– miento político interno en tomo al debate sobre el status político de la isla, y que se materializa en la falta de compromiso y capacidad política por parte de Estados Unidos y ciertos sectores políticos puertorriqueños para realizar un plebiscito en la isla que defina su futuro político 4 • A pesar de ello, la política internacional de las dos administraciones del gobernador Hernández Colón no se vio limitada. Todo lo contrario, pareció existir una relación inversa entre los avances en tomo a la resolución del status político y los avances en cuanto a la internacionalización de Puerto Rico. O simple y sencillamente, el compromiso internacional ha resultado ser de una natura– leza permanente y estructural. La relación causal entre política exterior y política doméstica, tan discu– tida en las teorías de relaciones internacionales, se vio superada en Puerto Rico por fuerzas políticas y económicas de naturaleza estructural, que han llevado al Estado Unidos Asociado de Puerto Rico (ELA) a comprometer su futuro político y económico más que nunca con el futuro de sus vecinos en la Cuenca del Caribe. Sorpresivamente, la no realización de un plebiscito sobre el status político de la isla no afectó al desarrollo de una política pública de relaciones exteriores. Todo lo contrario. A pesar de la derrota del gober– nante Partido Popular Democrático (PPD) en el referendo del 8 de diciembre de 1991, para una enmienda a la Constitución con respecto a la resolución del status, el compromiso de política pública no se ha visto mermado ni afecta– doS. A pesar del retiro de la política de Rafael Hernández Colón y de la candidatura popular, pero de poca convicción internacional, de la senadora VictoriaMuñozMendoza (hija del fundador del ELA, LuisMuñoz Marín) será dificil para el nuevo gobierno (1993-1997) asumir posturas antirregionalistas o anti-internacionales, incluso en el caso de una victoria del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), que apoya la estadidad inmediata para Puerto Rico. Como veremos más adelante, la magnitud y naturaleza de los compromisos regionales e internacionales de Puerto Rico, así como los fac– tores externos que determinan estos compromisos, son tales que cualquier gobierno nuevo no podrá dejar de considerarlos prioritarios para la propia competitividad internacional del país. 4 Veáse de Juan M. Garáa-Passalacqua y Carlos Rivera Lugo (comps.), Puerto Rico y los Estados Unidos: Proceso de Consulta y Negociaci6n (2 vals., 1990 y 1991), Río Piedras: Editorial Universidud de Puerto Rico. S En ese sentido, discrepumos del importante estudio de Robert Pastor y Richard Fletcher, "The Caribbean in the 21st Century" en Foreign Affairs, vol. 70:1, verano 1991, p. 112, donde estiman que la relación de Puerto Rico con el resto del Caribe ha sido de una naturaleza ambigua y lo continuará siendo hasta q Lle se resuelva el problemu del "stutus" político de Puerto Rico. Más aún, en su visita a Puerto Rico en marzo de 1992, el West Jndian Commission de Caricom aseguró la necesidad de superar las discreminaciones por"status" político si el proceso de integración regional hiba a induír al Caribe más allá de Caricom.

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