Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

CUBA: CONTINUIDAD YCAMI3IO 81 la CEI de mantener un espacio único de defensa estratégica sobre todo el territorio de la actual comunidad. En ese escenario algunos de los acuerdos militares existentes con Cuba (como la estación de escucha de Lourdes, o la base de submarinos de Cienfuegos) conservarían un indiscutible valor para la seguridad nacional republicana 5 • Este espacio de coincidencias podría ampliarse con aquellos liderazgos republicanos que deseen proyectar una política exterior inde– pendiente en el procesamiento de las contradicciones presentes en la propia CEI, en el actual sistema mundiat yen particular en el terreno de las relaciones Norte-Sur. ' Advertidos de esas situaciones, los CÍrculos dominantes norteamericanos han venido presionando a las ex autoridades soviéticas y a las actuales autoridades republicanas (en particular a las rusas) para limitar cualquier proyección del poder político-militar estratégico que aún conserva la CEI y, dentro de ello, porerosionar al máximo posible el desarrollo de las relaciones político-militares con Cuba. Tal línea de acción ha estado presente en todas las interacciones soviético-norteamericanas a lo largo de 1991. A tal grado que en la Cumbre del Grupo de los Siete efectuada en Londres Oulio de 1991), el presidente Bush trató de arrastrar a todos los gobiernos occidentales allí presentes a condicionar sus ayudas a la ex URSS a que eliminara totalmente los llamados 11 subsidios" al gobierno cuban0 6 • Aunque ello no prosperó es indiscutible que esas presiones norteameri– canas se han incorporado al arsenal de acciones desarrolladas por la admi– nistración Bush con vistas a lograr el total aislamiento político, ideológico, económico, comercial y militar del liderazgo político cubano como paso previo a lo que perciben como su próximo derrocamiento. Así, el gobierno estadounidense (con el abierto respaldo del Congreso 7 ) continuó tratando de entorpecer los vínculos externos de la isla, siguió Petersburgo y otras repúblicas integrantes de la CE!. En la base de estas negocia– ciones estuvo el rápido reconocimiento diplomático cubano a la independencia de todas las repúblicas que antes integraban la URSS, 5 Declaraciones al diario The Miami Herald por el Director del Departamento Latinoamericano de la Cancillería rusa, Alexei Ermakov. (ver, Notimex, Miami, 19 de enero de 1992). 6 Seria imposible enumerar todas las declaraciones y acciones en ese sentido desarrollada por la parte norteamericana; pero es de destacar que este fue un tema planteado personalmente por Bush durante la última Cumbre soviético– norteamericana efectuada en Moscú en julio de 1991, 7 En el año 1991 el Congreso norteamericano aprobó la Enmienda Mack dirigida a entorpecer los vínculos comerciales de Cuba con empresas filiales norteameri– canas radicadas en terceros países, pero el presidente no la ratificó. El Departa– mento del Tesoro de EE.UU. calcula que las exportaciones de esas empresasa Cuba llegaron en 1990 a la cifra de 533 millones de dólares (179 millones en 1989); mientras que las exportaciones cubanas a las mismas habrían subido de 162 a 172 millones de dólares entre ambos años. En 1992 se espera que el Congreso

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