Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

68 ANDRES SERBIN Ella atesora algunos logros particulannente relevantes en el marco de las nuevas condiciones del sistema internacional. Si bien el proceso de integra– ción económica, propósito central de este esquema de integración desde sus in~cios en 1973, no se ha visto materializado, una de sus funciones específicas -la coordinación de las políticas exteriores de sus estados miembros- ha dado frutos significativos en las negociaciones con los países industrializados. De hecho, los estados de Caricom se benefician con tres esquemas preferenciales de asistencia y de comercio: la ICC y la Iccn (con EE.UU), Caribcan (conCanadá) y Lomé (con la CEE). La ICC beneficia, asimismo, a otros países del Caribe insular, como República Dominicana y Haití, y de Centroamérica¡ Lomé sólo a los estados de Caricom, Surinam y, a partir de 1990, República Dominicana y Haití; y la Caribcan exclusivamente a los miembros de Caricom. Esta situación particu– lar de un grupo de pequeños países, caracterizados por sus economías abiertas pero endebles, ha provocado, por un lado, suspicacias, entre los restantes países latinoamericanos 1o y, por otro, crecientes expectativas de ingreso al organismo por parte de otros países de la subregión. Cabe señalar que, desde hace más de diez años, República Dominicana, Haití y Surinam no han podido sobrepasar el estatus de observador, pese a reiteradas iniciativas, especialmente del primero, para ingresar como miem– bro pleno a Caricom, y a su participación tanto en ICC como en Lomé. Por otra parte, desde 1990 han ingresado como observadores Aruba y la Federa– ción de las Antillas Neerlandesas, Puerto Rico, México, Venezuela y, en la reunión de jefes de Estados de Caricom realizada en S1. Kitts en julio de 1991, Colombia. Asimismo, en el transcurso de 1991, Venezuela ha solicitado convertirse en miembro pleno del organismo. ASÍ, Caricom se ha convertido en el nuevo referente subregional yen un protagonista capaz de liderar las reacciones de los estados caribeños frente a las nuevas condiciones regionales y a los cambios globales y hemisféricos, en función de las características particulares que asumen las economías caribe– ñas. 1981, en el seno de Caricom se constituyó una agrupación subregional -la Organización de los Estados del CaribeOriental (OECO), que inc\ uye a seis estados independientes: Antigua, Dominica, Granada, Santa Lucía, SI. Kitts-Nevis y San Vicente, además de Monserrat. Entre 1990 y 1991, cuatro de estos estados -Do– minica, Granada, Santa Lucía y San Vicente- han avanzado en el proceso de unificación política. 10 Ver Andrés Serbin, "Latín America and the Non-Híspanic Caribbean's European Connection", en Sutton, (comp.), op.cit., 1991, pp. 200-221.

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