Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
JAPON-AMERICA LAllNA: RELACIONES EN LA ERA ... 325 millones de dólares; mientras que con el segundo, éste bordeó los 680 millones de dólares de un total transado de 3.236 millones de dólares.. De los once países latinoamericanos consignados en las estadísticas del Fondo Monetario Internadonal, Japón muestra un superávit comercial de 1.009 millones de dólares, de un total de 14.255 millones de dólares -claro está, sin embargo, que Panamá resulta un elemento distorsionador como se apreda en el Cuadro III. El comercio entre Japón y América Latina, por otro lado, ha continuado construyéndose sobre labase de la globalizadón del nuevoJapón Inc., donde, si bien se mantiene el esquema piramidal y las prácticas de zokus -:alianza informal entre el gobierno y la empresa privada-, las bases van adquiriendo más fundones. De esta forma, en el comercio de tercios que caracteriza esta relación -un tercio que va para Japón, un tercio que viene para la región y otro que corresponde a comercio internacional-, encontramos a tres actores de la parte nipona. En primer lugar, destaca el gobierno nipón, base del proyecto nacional y parte superior de la pirámide, a través del Fondo Extran– jero de Cooperación Económica (OECF), de los seguros para el comercio y la inversión a través del MITI, de la asistencia ofidal para el desarrollo (AOD) -una de las más amarradas del mundo- y de los créditos del Banco de Exportación e Importación de Japón. En segundo lugar, están las 9 sogo shoslw.s mencionadas con anterioridad, y que manejan cerca de la mitad de los 18 mil millones de dólares del comercio entre Japón y América Latina, y un 10 por dento del comercio total de la región lO • Y, por último, están las compañías japonesas con subsidiarias en Latinoamérica -para 1987 éstas alcanzaron a 806; es decir, un 9 por dento de las 8.933 empresas japonesas con filial en ultramar-, las que generalmente importan y exportan sus propias mercaderías. Los flujos monetarios, ya sea en su totalidad de Asistencia Ofidal al Desarrollo (AOD) o de créditos, fueron otro ítem importante en las relaciones Japón-América Latina durante 1991. De esta forma, yenel marco del concep– to de seguridad comprensiva, Japón con tinuó este año financiando múltipIes proyectos destinados al desarrollo y a la estabilidad regional. La apreciación oficial de la situación de América Latina y de las medidas que Japón está dispuesto a tomar en el campo financiero, fue señalada por el ministro de Finanzas, Ryutaro Hashimoto, en la reunión del BID de abril de 1991 en Japón. En esa ocasión, anunció: a) la cooperación nipona para la Iniciativa de las Américas; b) su participación en un programa de becas destinado a la formación de recursos humanos en América Latina y el Caribe l1 ; c) la expansión del cofinandamiento al BID por la vía del Eximbank 10 Bárbara Stallings, op. cit. 11 En el año fiscal 1990 (abril 1990-marzo 1991), la Japon Intemational Cooperation Agency (JleA), invitó a 1.888 becarios latinoamericanos a capacitarse en Japón, lo
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