Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
322 MLADEN YOPO H. Redescubriendo América Latina A pesar de las limitaciones que ha tenido la política exterior nipona para trascender la esfera económica, no ha dejado de hacer esfuerzos para incor– porar aspectos más políticos, como se refleja en su preocupación por el medio ambiente. Ello se basa en las metas fijadas por Japón para la construcción del nuevo orden internacional 3 yen la vulnerabilidad de la presencia económica nipona ante las dificultades que enfrenta el nuevo sistema internacional emergente. Ello, unido a la necesidad de apoyar ciertas posturas estabilizadoras de Estados Unidos en la región, como la Iniciativa de las Américas 4 , y a que muchos de los temas vitales de la nueva agenda -narcotráfico, terrorismo, migraciones, democracia, medio ambiente, transferencia de armas, etc.– están inmersos en la realidad latinoamericana, ha empezado a generar algu– nos indicios de una postura más integral de Tokio hacia esta área del mundo, como lo demuestra el diálogo entablado entre el Grupo de Río y la cancillería nipona. Sin embargo, y no olvidando que América Latina es la región más distante para Japón y que ésta siguió jugando durante 1991 un papel muy marginal en las actuales relaciones internacionales, los vínculos latinoameri– cano-japoneses siguieron centrados fundamentalmente en aspectos econó– micos como inversiones, comercio, préstamos y ayuda para el desarrollo, aunque con una prioridad muy desigual entre las partes. Dejando de lado aquellos países con carácter de "tax havens" como Islas Caimán, Bahamas, Bennuda y J'anamá, que han acaparado más del 70 por ciento de los 32 mil millones de dólares de las inversiones niponas acumula– das en América Latina, las inversiones japonesas en la región durante 1991 mostraron una baja porcentual, producto de la finalización de varios proyec– tos industriales -petroquímica, plantas de aluminio y maquíladoras- y de la priorización asiática y europea que ha fijado Tokio. Las inversiones niponas realizadas durante el año 1991 siguieron centra– das en la producción y explotación de productos de bajo valor agregado -ver cuadro 1- como soya, minerales, productos forestales y pesca, etc, y mantu- 3 El ex Premier Kaifú ante laDietaen 1990, sintetizó dichas metas como: a) asegurar la paz y la seguridad¡ b) respeto a la libertad y la democracia; e) garantizar la prosperidad mundial; d) preservación del medio ambiente; y, e) crear un orden internacional estable fundado en el diálogo y la cooperación. 4 En el viaje a Tokio del Vicepresidente de EE. UU., Dan Quayle, éste exhortó al gobierno nipón a contribuir a un proyectado fondo de inversiones para América Latina, el cual se estima que crecerá a un ritmo de 300 millones de dólares al año para totalizar 1.500 millones de dólares en cinco años. Esta petición, que fue catalogada por el ministro de Finanzas de Japón, como "oportuna y apropiada", contó con el apoyo nipón. Ver, El Diario, 8 de abril de 1991, p. 6; y, El Mercurio, 21 de mayo de 1991, p. A-9.
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