Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
EUROPA Y AMERICA LATINA EN UN MUNDO ... 311 Programa de Cooperación Especial para Centroamérica (PEC), que coordina desde 1988 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUO), y financiar el proyecto del Fondo Especial para el Desarrollo a las Exportacio– nes de Honduras y Nicaragua. Por su parte, el nuevo gobierno de Nicaragua desplegó en 1991 una activa campaña para obtener el apoyo europeo para la reconstrucción económica del país, que tuvo una acogida favorable en Ale– mania, que se comprometió a reanudar la ayuda a Managua ya continuar los programas emprendidos por la antigua República Democrática Alemana (ROA) 17. Gran Bretaña, Francia, España y la propia CE mostraron igualmente una buena disposición a prestar ese apoyo, que fue ratificado en la conferen– cia especial de países cooperantes celebrada el 17 Y18 de mayo de 1991 en París. Las inversiones europeas en América Latina mantuvieron la tendencia favorable observada durante los últimos años. Europa se está convirtiendo en una de las principales fuentes de nuevas inversiones directas en la región. Han sido las empresas europeas las que han aprovechado mejor las oportu– nidades que ofrecen las privatizaciones en los principales países latinoame– ricanos, como en los sectores aeronáutico y de telecomunicaciones. Incluso, América Latina recibe una porción mayor de inversionesbritánicas que Asia, pese a los fuertes vínculos entre Londres y muchos países asiáticos. En el caso español, las inversiones casi testimoniales en Europa del este contrastan con la intensa actividad en América Latina desplegada por las todavía escasas empresas españolas con vocación multinacional. El tema de la deuda externa l~tinoamericana ha seguido perdiendo prioridad en el ámbito europeo. Si bien es cierto que Europa nunca se destacó por sus iniciativas en ese campo y mantuvo posiciones marcadamente orto– doxas en los organismos financieros multilaterales que controlaba junto a Estados Unidos y Japón, al menos mantuvo una cierta solidaridad en el plano retórico con los países latinoamericanos en este terreno. La disminución del problema, debido tanto a la reducción de las tasas de interés como a la reconversión económica que se está efectuando en la región, ha implicado la ausencia de declaraciones políticas significativas sobre la situación de los grandes deudores latinoamericanos que todavía estaban negociando sus deudas, comoBrasil y Argentina. Sin embargo, varios países europeossiguie– ron ofreciendo facilidades especiales para deudores más pobres de la región. Así, Gran Bretaña decidió condonar casi dos tercios de la deuda bilateral con los países menos avanzados, medida que sólo favoreció a dos países del área de América Latina y el Caribe: Bolivia y Guyana J8. La cooperación económica europeo-latinoamericana mantuvoel discreto pero valioso impulso de los años anteriores. En la CE, el Parlamento Europeo 17 Frar/kfuter Allgemeine Zeitlmg, 20 de febrero de 1991. 18 lnfonne Latinoamericano, 31 de octubre de 1991.
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