Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

268 CARLOS LUJAN ros señalaban que "si no hay estabilidad en el campo monetario en Brasil y Argentina va a ser muy difícil cualquier tipo de integración" ll. En cuanto al rol de los partidos políticos en la elaboración de la política exterior, hay que señalar que el triunfo del Partido Nacional en las elecciones de noviembre de 1989 -y su contracara, la derrota del partido en el gobierno, el Colorado-, prod ujo una alternancia de colectividades políticas en el poder y llevó a la gestación de un acuerdo entre los dos partidos tradicionales (Colorado y Blanco), denominado "Coincidencia Nacional " 12. Si bien tal alianza impulsó una serie de convergencias en la política interna, la interna– cional no se constituyó en un punto de debate ni en la instancia de gestación del pacto ni en el primer año de su vigencia. Dos son, entonces, las preguntas pertinentes: ¿supera el actual acuerdo interpartidario en temas de materia exterior, como la integración subregional, la anterior dinámica suprapartidaria?, y ¿es tal acuerdo incl usivo o excluyen– te del resto de los partidos de la oposición ~omo sí es excluyente la Coinci– dencia Nacional en el plano doméstico-? Respecto a la primera interrogante la situación parece indicar un intento de conformación de una política nacional que se ubique más allá de la inestabilidad de las políticas de partido en un sistema multipartidista, ya su vez, pennita avanzar hacia una política flexible en los puntos medulares y de interés general, como la integración subregional, trascendiendo la rigidez de las políticas de Estado inmodificables salvo cataclismos mayores. Más allá del acuerdo existente en el subsistema de los partidos tradicio– nales sobre los puntos centrales de la política exterior del país, en el presente gobierno se observa que prácticamente todos los dirigentes políticos se han referido a la importancia de la integración de Uruguay en el Mercosur. Desde el Batllismo Radical, Batlle ha enfatizado su funcionalidad respecto a la transfonnación radical que el país requiere, el Herrerismo lo ha visto como una forma de tender hacia la excelencia, mientras que la izquierda ha adop– tado una postura de apoyo constructivo l3 . La políticaexteriorsubregional del país parece, pues, un área altamente incluyente en la presente coyuntura. No obstante ello, hay que notar que la izquierda "tradicional" se ha dividido en torno al tema en tanto se encuentra inmersa en un debate que trasciende la ubicación de Uruguay en la subregión y hace a su inserción internacional en general. De ahí que en el último congreso del Frente Amplio 11 Nicolás Herrera, asesor económico del gobierno, en Búsqueda, n Q 573,31 de enero de 1991, p. 13. 12 María Ester Mancebo, Gobernabilidad y aCllerdo polft¡co en el proceso de democra! iza– ción uruguayo, Montevideo, 1991, pp. 42-76, mimeo. 13 Sólo tres dipu tados del ala rad ical del Frente Amplio se opusieron a la ra tificación del Tratado de Asunción, siendo 90a 3el resultado de la votación parlamentaJia.

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