Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
CHILE: ¿ UN PAIS FRIO? 251 ¿Una vocación hada el Pacífico? Parte importante de esta estrategia de diversificar mercados y evitar así la dependencia de uno o dos de ellos ha radicado en el énfasis que se ha puesto en explorar nuevas posibilidades en la Cuenca del Pacífico. Un tema clásico en la historiografía chilena ha sido el de la importancia que reviste el Pacífico para el país. Un leitmotiv en ese sentido ha sido precisamente, que durante la que muchos consideran fue la ;¡ época de oro" de la política exterior y de la proyección internacional de Chile -la segunda mitad del siglo XIX- en que el país le dio prioridad al Pacífico por sobre cualquier otra región. Dadas las distancias entre ambas riberas del Océano Pacífico, no es de sorprender, sin embargo, que los gobiernos chilenos, en general, hayan logrado avanzar relativamente poco en esta materia. Y aunque el gobierno militar llegó a plantear distintas iniciativas -en general abortadas- para darle prioridad a la temática del Pacífico -desde la creación de un ministerio del Mar, pasando por la creación de un "off-shore banking center" en el archi– piélago Juan Fernández hasta el fracasado viaje del general Pinochet a Filipinas en 1980- el extraordinario crecimiento de Japón y los NICS asiáticos en los ochenta aumentó enormemente la demanda por materias primas chilenas, transformándose en el principal factor impulsor hacia mayores vínculos entre Chile y el Asia-Pacífico. Sin ir más lejos, las exportaciones chilenas a Corea del Sur, más que se triplicaron de 1980 a 1990, pasando de 69 millones a 250 millones de dólares, y ya en 1991, Japón pasó a ser el principal socio comercial de Chile, recibiendo 1644 millones de dólares en exportaciones chilenas. Cabe destacar dos aspectos en este comercio (que también se hace exten– sivo a Taiwán, del cual Chile pasó a ser el segundo socio comercial en América Latina, y con el cual el intercambio superó los 600 millones de dólares en 1991): uno de ellos es que Chile es de los pocos países que logra tener un comercio superavitario con estas verdaderas 11 máquinas exportado– ras" que han pasado a ser los países asiáticos; el otro es que, en general, las exportaciones chilenas están esencialmente limitadas a materias primas-en proporción bastante mayor que lo que ocurre en otros mercados. En 1991, por ejemplo, un 99% de las exportaciones chilenas a Japón estuvieron cons– tituidas por recursos naturales o recursos naturales con un mínimo de elaboración, Ysólo un 1 % por productos manufacturados-algo que contrasta con un 27 % de productos manufacturados en el total exportado a América Latina, un 10 % en el caso de Estados Unidos y un 5% en el caso de la CE. Dada la importancia de las relaciones políticas para lograr avances en ir derrumbando las barreras que obstaculizan un mayor acceso de productos elaborados chilenos en la región, Chile ha lanzado una ofensiva para am pliar su presencia en el Pacífico, algo que no deja de encontrar un importante grado de receptividad allí. Así, Chile fue aceptado como miembro del Pacific
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