Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

CHILE: ¿ UN PAIS FRIO? 247 Fue, sinembargo, en Rusia donde se vino a dar el origen de 10 que pasaría a ser uno de los grandes rompecabezas en materia de relaciones internacio– nales del gobierno de Patricio Aylwin: el llamado caso Honecker, con el ingreso a la Embajada de Chile en Moscú del ex-Primer Ministro de la República Democrática Alemana Erich Honecker y su esposa Margot el 11 de diciembre. Después de la reunificación de Alemania, los Honecker se habían encon– trado un poco a la deriva, aunque el gobierno alemán no llegó a formular cargos en su contra. Finalmente fueron acogidos en una base soviética en el territorio de la eX-RDA, donde el ex-Primer Ministro podía acogerse a trata– miento médico. De allí fueron trasladados en un avión militar soviético a la URSS, en agosto de 1991 donde se encontró bajo la protección directa del Presidente Gorbachev. Sin embargo, la posición de los Honecker se fue deteriorando en forma paralela a la del líder soviético, y cuando el gobierno alemán exigió a Moscú su entrega para someterlo a proceso, el gobierno de la Federación Rusa terminó capitulando, y ellO de diciembre le exigió a Honecker que abandonara el país en 72 horas, so pena de entregarlo directa– mente a las autoridades alemanas. Encontrándose sin pasaporte válido, Honecker pidió admisión en la Embajada de Chile, donde fue acogido. Ya varios meses antes, los Honecker, que tienen una hija casada COn un chileno viviendo en Chile, habían expresado su interés en trasladarse a Chile, y Margot Honecker, pormuchos años ministro de Educación de la RDA, había visitado Santiago en repetidas oportunidades manifestándolo. Ya entonces el tema había pasado a ser unO delicado en las relaciones chileno-alemanas, ante la fuerte oposición de Bonn a que Chile dejase entrar al ex-Primer Ministro alemán, lo que podría dificultar su eventual comparecencia ante la justicia. En Chile mismo, a su vez, la situación de Honecker no dejaba de despertar simpatías, sobre todo en la izquierda, y, dentro del gobierno, en los máximos dirigentes del Partido Socialista, varios de los cuales habían pasado largos años de exilio en la RDA. La posición del gobierno de Chile en la materia fue fijada por el Presi– dente Aylwin en una conferencia de prensa en el mes de octubre, con ocasión de la visita del Canciller KohI, en que, respondiendo a una pregunta señaló que Honecker no entraría a Chile sin un pasaporte válido; Y dada la fluidez de la situación en lo que pronto dejaría de ser la URSS, la presión rusa para que Chile entregase a Honeckera Alemania a como diese lugar llegó a límites inusuales. El15 de diciembre, el ministro de Justicia ruso, Nikolai Fyodorov llegó a declarar que si Honecker no abandonaba la Emba– jada dentro de un plazo prefijado, el gobierno ruso utilizaría la fuerza para sacarlo. Dada la inexistencia de un tratado de asilo (institución no reconocida por la entonces URSS) entre Chile y la URSS, el gobierno chileno argumentaba que no procedía el asilo -el que en realidad tampoco había sido pedido por Honecker. En definitiva, los Honecker quedaron en la Embajada en calidad

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