Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

JORGE HETNE Lejos de ver los acontecimientos de la zona como una. amenaza a capacidad chilena de atraer inversiones, Chile en general ha ~lsto la apertura de las economías del ex-mundo socialista como una oportumdad para hacer buenos negocios y para incrementar considerablemente el limitado interc~?,­ bio comercial de Chile con esos países. Los nuevos gobernan tes de esa reglOn, a su vez, han manifestado un gran interés en Chile, ya que tienden a verlo como un caso exitoso de transición económica y política, de un país relativa– mente pequeño que se las arregla para pasar de un sistema económico relativamente centralizado a una economía de mercado plena, y de un sistema autoritario a uno democrático. Es ello lo que explica en el breve lapso de un año la visita del Primer Ministro de Rumania, Petre Roman, en el mes de marzo, del ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Krysztof Skiebis– zewski, en agosto, y del presidente de Hungría, Arpod Goncz, en diciembre de 1991. El director de relaciones económicas internacionales, Augusto Aninat, llegó a señalar que, en el mediano plazo, el intercambio comercial entre Chile y Europa Oriental puede multiplicarse por lO, pasando de los relativamente escuálidos 300millones de dólares anuales del presente a 3000 millones. La desintegración de Yugoeslavia y la guerra civil a que ha dado pie, sin embargo, ocasionó un serio incidente, aunque uno con más repercusiones en el plano interno que en el externo. En el mes de noviembre se descubrió en Budapest un cargamento de 11 toneladas de armas chilenas destinadas a Croacia -en flagrante violación del embargo a las ventas de armas a cualquie– ra de las partes en esa guerra decretado por las Naciones Unidas. El papel del Ejército de Chile en esa operación se vio inmediatamente cuestionado, orde– nándose una investigación que puso en evidencia la insuficiencia de la normativa que rige las exportaciones de la incipiente industria annamen tista chilena -a la cual ya las operaciones de Carlos Cardoen, el industrial que floreció con sus exportaciones de bombas de racimo a Irak durante la guerra Irán-Irak, le han traído constantes cuestionamientos internacionales. El conflicto en los Balcanes también puso a Chile en una difícil situación para efectos del reconocimiento de Croacia. El hecho de que la abrumadora mayoría de la relativamente significativa colonia de origen yugoeslavo en Chile (estimada en 130,000 personas) sean croatas, hizo que las presiones por el pronto reconocimiento diplomático fuesen enonnes -proveniendo sobre todo de voceros de la oposición, pero también de parlamentarios de la coalición de gobierno, como el senador Hernán Vodanovic del Partido Socia– lista. Por otra parte, el gobierno no quería contribuir a atizar el fuego secesio– nista con reconocimientos que importantes sectores de la comunidad inter– nacional estimaban aún como prematuros.

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