Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
208 VICTOR MEZA ción que goza del respaldo y el entusiasmo de los países de la CE, nació cojeando y sólo ha podido integrar a tres de sus potenciales seis miembros. Callejas, en un afán por promover su figura en la política regional, ha iniciado una política de acercamiento hacia el gobierno de Belice, a través del cual ha intentado organizar una red que vincule a los ejecutivos centroame– ricanos con los estados anglófonos del Caribe. La pretensión de Callejas no ha dado resultados pero ha permitido acercar a los dos gobiernos, hasta el punto de que Honduras ha patrocinado la invitación del Primer Ministro beliceño a las cumbres presidenciales centroamericanas, iniciativa que ha provocado el disgusto manifiesto de Guatemala. Las subpotencias regionales y el cauteloso acercamiento a Cuba Desde los inicios de su gobierno, el presidente Callejas habló de un cierto 11 giro latinoamericanista" en la orientación de su política exterior. Este signi– ficaría una nueva política que, sin debilitar ni renunciar a las alianzas tradi– cionales con Washington, incluyera nuevos ejes de decisión y consulta. Esos ejes estarían conformados por Venezuela y México pero no deberían excluir a Cuba, aunque el acercamiento con la isla fuese más cauteloso y prudente. Es significativo señalar que las primeras visitas que Callejas realizó inmedia– tamente después de resultar electo y antes de tomar posesión de su cargo, fueron a Caracas, Ciudad de México y las capitales centroamericanas, mucho antes de emprender el obligado camino hacia Washington. México y Venezuela son los principales abastecedores del petróleo que Honduras consume en virtud del Pacto de San José, que otorga condiciones privilegiadas a los países del área para recibir el petróleo proveniente de esos dos países. Pero además, tanto México como Venezuela han facilitado crédi– tos oportunos al gobierno hondureño para conformar el llamado préstamo– puente que le permitió pagar la deuda atrasada con los organismos financie– ros. internacionales y recuperar su condición de sujeto de nuevos desembolsos. La amistad personal de Callejas con el presidente Carlos Andrés Pérez de Venezuela es bien conocida en el área centroamericana. Callejas se consi– dera una especie de delfín regional del gobernante venezolano, quien no ha escatimado esfuerzos para vincular al joven Presidente hondureño con las principales personalidades de la Social Democracia, agrupadas en la Interna– cional Socialista, a pesar de su militancia en la Unión Democrática Interna– cional <la Internacional Conservadora) de la que fue elegido vicepresidente por América Latina en septiembre de 1989, en la reunión de Tokio. Son precisamente la amistad y la influencia de Carlos Andrés Pérez las que explican el curioso acercamiento de Callejas con el régimen cubano, a cuyos representantes se les ha pennitido el libre acceso al territorio nacional, y con el cual Tegucigalpa mantiene una fluida comunicación. Tales contactos,
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