Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
HONDURAS: A LA BUSQUEDA DE NUEVOS ESPACIOS 203 b) Reducción del tamaño de las FF.AA. y disminución sustancial del elevado presupuestomilitar. De acuerdoa la tesis norteamericana, Honduras debe reducir el número de sus efectivos militares y modificar gradualmente el rol de las FF.AA., orientándolo más hacia áreas tales como la lucha contra el narcotráfico, protección al medio ambiente e implementación de progra– mas de acción cívica. Tal propuesta ha creado un fuerte disgusto y oposición al interior de la institución castrense hondureña. El embajador de Washington en Tegucigal– pa, que es un viejo conocido de los militares hondureños desde los tiempos de la "guerra encubierta" contra Nicaragua en los años 80, ha sido acusado de intervenir en los asuntos internos del país y, en los momentos de mayor exaltación, hasta se llegó a pedir que fuera declarado persona non grata y retirado de su cargo. Esta novedosa confrontación entre la embajada nortea– mericana y sus viejos y fieles amigos, ha incorporado un elemento nuevo en el cuadro tradicional de alianzas y lealtades políticas dentro de la sociedad hondureña. De pronto, la exigencia norteamericana de reducir el ejército y recortar el abultado gasto mili tar ha ganado simpatía en los círculos políticos caracterizados por su crítica constante y ruidosa a la política norteamericana en Honduras. Los grupos más liberales de la sociedad hondureña y los partidarios más convencidos de la necesidad de construir el sistema demo– crático y fortalecer la sociedad civil, se han encontrado con un aliado tan poderoso como inesperado, cuya capacidad de presión y convencimiento es infinitamente mayor que la de los políticos locales. El arma de presión de los norteamericanos para forzar la reducción del aparato militares la disminución gradual de su propia asistencia militar, que ha pasado de 61.2 millones de dólares en 1987 a 21 millones en 1991. Sin embargo, es importante señalar que Estados Unidos continúa manteniendo un numeroso contingente militar en Honduras. Destacado en la base de Palmerola, compuesto por 1.200 hombres, más un centenar de asesores y técnicos diseminados en diferentes dependencias y unidades de las FF.AA. hondureñas, constituye la presencia militar estadounidense más grande en suelo centroamericano, si se exceptúa a Panamá. La disminución del gasto militar es condición indispensable para la propia reducción del deficit fiscal yel necesario saneamiento de las finanzas del Estado. Asu vez, estas últimas medidas son la única garantía que asegura el relativo éxito del PAE que con tanto entusiasmo impulsa Estados Unidos en Honduras. El presidente Callejas se encuentra atrapado entre el fuego cruzado de los militares locales y los diplomáticos norteamericanos. Por eso su discurso sobre el tema de la reducción militar resulta dual y ambiguo. En el exterior se autoproclama como un convencido partidario de la reducción de los ejércitos centroamericanos, pero de cara al interior condena las presiones de Washington y ha llegado hasta el punto de calificar de "irresponsable" al
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