Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

196 FRl\NCISCO VILLAGRAN K. económica activa y conjugada con países del hemisferio americano. La tesis es, a mayor dispersión del comercio, menor la vulnerabilidad económica de un país. En todo caso, el hecho más sobresaliente, desde el punto de vista de Guatemala, es que mientras México persigue un curso integrativo con Esta– dos Unidos y Canadá, no desea, sin embargo, atenuar sus vínculos con otros países latinoamericanos, lo que per sees útil aprovechar. De allí que se perciba que a la par de los acuerdos comerciales con Chile, por ejemplo, México busque mantener activa su presencia en el istmo centroamericano junto con Venezuela y Colombia, articulando al efecto importante programas conjun– tos de cooperación. La primera de las reuniones de esos tres países con los centroamericanos tuvo lugar en Tuxtla Gutiérrez -territorio mexicano- en enero de 1991 y se prevé celebrar otras más a principios de 1992 para afinar los programas de cooperación y algunos estímulos al libre comercio. Con ello Guatemala, -vecino inmediato de México-, intenta ampliar en México la zona fronteriza de libre comercioy la lista de rubros de exportación agropecuaria y de bienes manufacturados y semifacturados; y con Venezue– la, alterar una balanza de comercio y de pagos tradicionalmente adversa mediante un régimen de libre comercio para una detenninada lista de productos que considera que puede exportar a precios competitivos y que, en principio, Venezuela examina favorablemente. El propósito común es, entonces, establecer este nuevo conjunto de relaciones dentro del marco de un convenio de cooperación más amplio y, el sólo hecho que sean por un lado, tres y, por el otro, seis, sin duda atenúa los "impulsos imperialistas" de esos tres países. Relaciones con el Grupo de Río La constitución del Grupo de Río aseguró la acción másarticulada, congruen– te y realista de sus integrantes en los asuntos hemisféricos y mundiales Guatemala cree que no se debe perder de vista que coexisten en el hemisferio diversos grupos y subgrupos. El del Caribe anglófono, que tiene peso propio y activas relaciones con los grupos africanos y de Asia en las Naciones Unidas; el andino; el centroamericano; y el que en el terreno de la praxis configuran "los cuatro grandes" -Argentina, Brasil, México y Venezuela-o Este último es, para Guatemala, una realidad, porque participa de manera directa en el centroamericano e, indirectamente, en el de Río, siendo partida– ria de establecer lazos más estrechos entre Centroamérica y el Caribe, sin necesariamente pasar por el Grupo de Río. Ello, en atención a que este último le dio estatus (con capitis diminutio) a los" subgrupos" del Caribe y Centroa– mérica. Cada"subgrupo" -según se convino- es representado por uno de sus miembros. En 1991, Costa Rica representó al centroamericano y Jamaica al del Caribe. El arreglo, obviamente no satisface.

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