Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992

GUATEMALA: NEGOCIANDO PARA ALCANZAR LA PAZ 195 rica y una estrecha relación con los países de la zona, entre ellos, con Guatemala. Como se recordará, el primer factor desintegrador del Grupo se dio a finales de la década de los 80 con el deterioro de la situación política en Panamá. Ni la democracia ni el pluralismo ideológico se consolidaron en ese país por lo que se perfilaron diferentes motivaciones en las relaciones políti– cas de los gobiernos de Colombia, México Venezuela y los centroamericanos con Panamá. Para Guatemala, la presencia de Panamá en el Grupo Contadora le restaba credibilidad al grupo, por lo que favoreció su exclusión. A partir de entonces, se acentuó el interés del gobierno demócratacristiano guatemal– teco en una relación ideológica con los dirigentes políticos demócratacristia– nos panameños. Luego de la intervención armada de Estados Unidos en ese país y el consiguiente colapso del gobierno, se produjo un progresivo acer– camiento entre los países centroamericanos y Panamá, dando lugar a que, a . finales 1990, el presidente de ese país, GuillermoEndara asistiera a la reunión cumbre en Antigua (Guatemala) de mandatarios centroamericanos y a que, en el transcurso de 1991, se fortaleciera ese proceso de acercamiento. Ello, sin duda, le da una nueva dimensión territorial a Centroamérica, reduciendo, en alguna medida, los afectos adversos del gradual alejamiento de Costa Rica. De ahí la proclividad de Guatemala a la participación panameña en los mecanismos de integración del istmo. El segundo factor que contribuyó a la disolución de Contadora fue que Guatemala y El Salvador le solicitaron al Secretario General de la ONU que esa organización asumiera las gestiores de mediación y, luego, las de verifi- . cación y cumplimiento de los acuerdos de paz. Con ello, la principal función del Grupo dejó de tener vigencia, afectándose la configuración del llamado Grupo de Apoyo, que se había constituido al sumarse a los integrantes de Contadora, Argentina, Brasil, Perú y Uruguay -que llevó luego a la confor– mación del Grupo de Río. La disolución de Contadora no implicó que México y Venezuela se retrajeran política y económicamente del istmo centroamericano. Las expor– taciones petroleras a la zona en términos favorables continuaron. Ello, según algunos analistas, creó a favor de ambos países exportadores de petróleo un virtual esquema de dependencia, y, según otros, "un mecanismo de influen– cia económica y geoestratégica sobre Centroamérica y el Caribe", como señalaron algunos analistas en la reciente Quinta Cumbre de Presidentes del Grupo de Río, celebrada en diciembre de 1991 en Cartagena, Colombia. Desde la perspectiva de Guatemala, ese fenómeno no es nuevo. Existía desde antes de la formación del Grupo Contadora de manera paralela al existente con Estados Unidos y, en buena medida, con los otros países centroamericanos, (con los que el comercio de Guatemala es aproximada– mente el 20 % de sus exportaciones totales). De allí que en Guatemala se perciba que uno es el fenómeno de la dependencia y, otro, la interrelación

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