Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
192 FRANC!SCO VILLAGRAN K. Desde luego, el dialogo directo entre gobierno y ejército regular, por un lado, y los movimientos guerrilleros, articulados en una sola estructura de negociación: la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), por el otro, se produjo con posterioridad a que los principales sectores económi– cos, sociales y políticos entraran, a su vez, en las mesas de negociaciones en contacto directo con los movimientos guerrilleros; las que, con el concurso de los gobiernos de Noruega, España y México, lograron articularse en Oslo, Madrid y Ci udad de México. Las organizaciones empresariales, las de Índole laboral y los partidos políticos legalmente inscritos, entre los que sobresalían algunos de marcada tendencia anticomunista, le proveyeron al gobierno recién electo el apoyo político requerido para llevar adelante un proceso realista de negociaciones. El nuevo gobierno percibió que tanto la correlación de fuerzas internas como la coyuntura internacional eran favorables a rondas de negociaciones mása fondo, por lo que adoptó y luego puso en ejecución su política de "paz total". Explicando en septiembre de 1991 en el marco de la Asamblea General de la ONU esa iniciativa, el Presidente señaló que ésta"parte del concepto de que la paz no constituye únicamente la ausencia de guerra o de conflicto, sino que la paz debe visualizarse como un estado que permita al hombre vivir y desarrollarse sin temores, sin angustias, sin amenazas, sin persecuciones, sin todo aquello que lo limite para alcanzar los objetivos que él se fijó dentro de sus propias capacidades". Luego precisó los pilares esenciales de su iniciativa de paz, destacando "la terminación de la lucha armada como resultado de negociaciones serias que fijen programas y procedimientos que hagan posible poner punto final a la insurgencia y a la contrainsurgencia y que, paralelamente impulsen mecanismos que garanticen el irrestricto respecto a los derechos humanos". Relacionando esta acción con el problema de los refugiados en Norte y Centroamérica, agregó que "es fundamental para poder garantizar a las poblaciones desarraigadas por la violencia, tanto a los refugiados como a los desplazados, las seguridades sociales, económicas y políticas necesarias para que se reintegren plenamente a la vida del país, dentro del marco de la legalidad". De allí en adelante señaló los objetivos de equidad económico-social, el respeto y fortalecimiento del régimen de legalidad y la profundización del proceso democrático para, finalmente, reconocer"el valioso y tenaz esfuerzo brindado al proceso de paz por la Comisión Nacional de Reconciliación de mediador para El Salvador a Alvaro de Soto y para Guatemala a Francésc Vendrell, quienes han estado presentes en esa calidad en las diferentes reuniones de negociación que se han celebradoentre los respectivos gobiernos y movimien– tos guerriJleros.
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