Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
ARGENTINA: MAS ALLA DEL ALINEAMIENTO... 17 La profundización de las relaciones con los países limítrofes constituyó otra cuestión prioritaria para la administración peronista. Desde la perspec– tiva guhernamentalla integración con los países vecinos constituye uno de los principales 1/ ejes de acumulación de poderl/ vis-a-vis los países poderosos y un instrumento indispensable para ampliar mercados y desarrollar econo– mías de escala que mejoren la productividad de las empresas y la competiti– vidad del país. Según el presidente Menem l/la integración con estos países no es ideológica sino práctica: para asegurar a nuestros pueblos más y mejores bienesl/6. Las relaciones con América Latina Como consecuencia de la relación preferente con los Estados Unidos, la admi– nistración peronista modificó la tradicional posición argentina sobre la cuestión de los derechos humanos en Cuba. A principios de marzo, votó favorablemente en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU la propuesta norteamericana que propiciaba el nombramiento de un representante de ese organismo para investigar violaciones a los derechos humanos en Cuba y que se hicieran públicas las conclusiones de su investigación. El voto argentino tuvo un efecto desequilibrante en favor de la aprobación de la propuesta estadounidense que se impuso por 21 a 20 votos. la ausencia de acuerdo con los países de la región se puso de manifiesto dado que la mayoría -con excepción de Panamá- se abstuvoo votó en contra de la iniciativa 7 • Cabe recordar que el anterior gobierno radical había mantenido un entredicho diplomático con Washington al negarse en 1988 a apoyar una resolución norteamericana de características similares, argumentando que no podía hacerlo¡or respeto a los procedimientos fijados en los reglamentos de esa organización. Más allá del alineamiento con los Estados Unidos, y abandonando el bajo perfil respecto de América Central y el Caribe propuesto por el ex canciller Domingo Cavallo, el gobierno imprimió cierta dosis de protagonismo a su aproximación hacia el área. Aún a costa de sacrificar el tradicional apego al principio de "no intervención", la diplomacia peronista priorizó como eje ordenador de su política la necesidad de democratización de los países latinoamericanos. En este sentido, se destacaron tanto el frustrado proyecto de la delegación argentina en el seno de la OEA para la creación y envío de una fuerza multinacional que repusiese al mandatario depuesto en Haití, Jean Bertrand Aristide 9 , como el constante reclamo del gobierno argentino a 6 La Nación, 27 de marzo de 1991. 7 La Nación, 7 de marzo de 1991. 8 Página 12 y Clarln, 7 de marzo de 1991, 9 Sobre esta cuestión existieron tres posiciones distintas: la de México y Uruguay, que pusieron reparos a la intervención militar; la de Argentina y Venezuela, que lideraron el sector proclive a la opción militar, y la de Estados Unidos y Canadá, que señalaron .que sólo habria intervención multilateral de exIstir vidas de norteamericanos en peligro. La Nación, 12 de octubre de 1991,
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