Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
16 LAURA ZUVANIC y FRANCJSCO CORIGLIANO con los Estados Unidos, la integración con los países limítrofes, y la profun– dización de los vínculos con Europa Occidental. En cuanto a Estados Unidos, el gobierno de Menem demostró rápidamente su voluntad de integrar la alianza occidental. En función de este objetivo, emprendió un oonjunto de acciones dirigidas hacia la oomunidad internacional yen especial hacia Washington. El objeto de las mismas fue generar confianza externa y recobrar "respetabilidad" internacional no ya como una "potencia moral" -como en el período de la administración AlfonsÍn- sino como una "potencia confiable y predictible" con un programa económico que asegure la estabilidad y el crecimiento. La estrategia de alineamiento impulsada por el gobierno de Menem no se propone obtener a corto plazobeneficios económicos tangibles. Antes bien, su principal objetivo es eliminar o reducir los obstáculos políticos externos que habrían entorpecido históricamente las relaciones de Argentina con los países del Occidente desarrollado. Si bien algunas de las acciones adoptadas fueron ciertamente respuestas a pedidos de la comunidad internacional y de Washington -el caso más claro y polémico fue la desactivación del proyecto Cóndor-, otras decisiones no tuvieron el mismoorigen. Las mismas resultaron de la combinación del estilo personal intuitivo del presidente Menem y de su voluntad de protagonismo internacionat sustentada en la defensa de los principios que -de acuerdo a la percepción gubernamental- definirían al nuevo orden internacional, entre ellos la 11 defensa de la democracia" a nivel regional y global. Así, en repetidas ocasiones, la administración peronista procuró para Argentina un rol de país 11 adelantado" enese nuevoorden. Porejemplo, mediante la iniciativa de crear una fuerza multilateral de intervención para restablecer la democracia en Haití, la intención de mediar en el conflicto árabe-israelí, la premura por reconocer a las repúblicas bálticas y rechazar el golpe militar soviético antes de que lo hicieran los Estados Unidos y los países de Europa Occidental. Por su parte, la salida del Movimiento de Países No Alineados -otra acción no pedida por Washington-, fue una respuesta genuina del gobierno de Menem que se apoyó, según la retórica oficial, en dos consideraciones básicas: a) poner fin a una posición tradicional del no alineamiento percibida como de"double standard" para juzgar el comportamiento de los Estados Unidos y b) adoptar -aún a costa de perder ciertos apoyos automáticos en los foros internacionales- una postura internacional coherente con la intención de fonnar parte de la alianza occidental y con los principios que defiende la diplomacia argentina, en especial, la defensa de la democracia y el respeto a los derechos humanos s . 5 Entre los argumentos utilizados pare salir del NOAL, el gobierno sostuvo que dicho foro contribuyó a legitimar numerosos regímenes autoritarios que, bajo el pretexto de la liberación nacional, sometían a sus países a sistemas políticos represivos. Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Información de Pren– sa, "Retiro argentino Movimiento Países No Alineados", Buenos Aires, 19 de septiembre de 1991.
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