Enfrentando los cambios globales: anuario de políticas exteriores latinoamericanas: 1991-1992
COLOMBIA: VIEJOS DESAFIOS, NUEVAS OPORTUNIDADES 143 El Pacífico sigue suscitando altas expectativas y pocas concreciones en términos de la gestión internacional del país. Es claro que esta región tiene una importancia enorme, tanto en la actualidad como de cara al siglo XXI, pero no hay en el caso de Colombia una posibilidad inmediata de "jugar" signifi– cativamente en ese espacio internacional. Posiblemente el comercio indivi– dual colombiano hacia esa zona se acelere relativamente en esta década, en especial hacia]apón, China y Corea. La mayor parte del intercambio exterior del país se da en este momento con el conjunto de países europeos occiden– tales. Sin embargo, la creciente gravitación de los países del sudeste asiático ha motivado un despliegue diplomático másactivo. Ello ha contribuido a un mejoramiento importante de los lazos políticos, demostrable en instancias y foros internacionales donde Colombia ha recibido por parte de los gobiernos del área un apoyo significativo en la discusión de diferentes tesis importantes para el país. En la perspectiva colombiana hacia el Caribe, la estrategia de asociación estrecha con Venezuela y México, vía el Grupo de los Tres, tiene un doble propósito en relación con la región. No sólo existen, de manera creciente, intereses económicos y diplomáticos de estos tres países en América Central y el Caribe, sino que también las posibilidades de una mejor asociación comercial y energética entre los miembros de dichoGrupo requiere de fluidez comercial en la totalidad de la zona; ello sin contar con la indispensable estabilidad en Centroamérica. Además, Colombia con sus dos costas y su cercanía al Canal de Panamá, tiene, como es obvio, intereses estratégicos permanentes en relación a la seguridad de este país. La estabilidad interna panameña y la seguridad del tránsito inintelTUmpido por el Canal, són aspectos centrales en la política colombiana hacia el país vecino. En esa misma dirección, la reapertura de relaciones consulares con Cuba, en julio de 1991, se ubica en la perspectiva de estimular y asegurar la estabilidad en la Cuenca del Caribe, indicando el interés del país en no generar o respaldar potenciales conflictivos en el área. También tiene Colombia intereses en la Amazonía, por su calidad de región fronteriza y por representar un recurso ecológico de enorme signifi– cación. Empero, existen dificultades objetivas que impiden de momento el establecimiento de vínculos más estrechos con los países de la cuenca. Lo inadecuado de la infraestructura de comunicaciones y el bajo poblamiento de la región dificultan las relaciones y cualquier posible integración de políticas globales, por lo menos en el corto plazo. Colombia parece asumir la trascendencia y relevancia de la existencia de los recursos de la subregión y que, por ende, se hace necesaria una diplomacia concertada con los países ribereños como un mecanismo útil para optimizar la capacidad negociadora frente a terceros. En efecto, gracias a su enorme biodiversidad y riqueza natural, el país se ha constituido en una suerte de 11 poder ecológico".
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